28 de junio de 2012
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Como viene siendo habitual su santidad Benedicto XVI nos ha regalado, una vez más, un año especial, ahora dedicado a la Fe. El curso 2012-2013 estará dedicado a la renovación de la Iglesia, en las personas e instituciones; una renovación que tiene como eje central la vivencia de la fe, tanto en sus contenidos, como en su celebración y presencia pública. La Carta Apostólica “PORTA FIDEI” muestra una doble necesidad: “Desde el comienzo de mi ministerio como sucesor de Pedro, he recordado la exigencia de redescubrir el camino de la fe para iluminar de manera cada vez más clara la alegría y el entusiasmo renovado de encuentro con Cristo”. Y por otra se plantea la urgente necesidad de la trasmisión de la fe: “Como la samaritana, también el hombre actual puede sentir de nuevo la necesidad de acercarse al pozo para escuchar a Jesús, que invita a creer en él y a extraer el agua viva que mana de su fuente”.
Con estos presupuestos Benedicto XVI convoca “Un Año de la fe. Comenzará el 11 de octubre de 2012, en el 50 aniversario de la apertura del Concilio Vaticano II,… el 20 años de la publicación del Catecismo de la Iglesia Católica,… y terminará en la solemnidad de Jesucristo, Rey del Universo, el 24 de noviembre de 2013”. Así pues, se nos invita a volver la mirada sobre estos dos documentos eclesiales, Documentos del Concilio Vaticano II y Catecismo de la Iglesia Católica, retomándolos y asimilando toda su riqueza: “He pensado… puede ser una ocasión propicia para comprender que los textos dejados en herencia por los padres conciliares,…. Es necesario leerlos de manera apropiada y que sean conocidos y asimilados como textos cualificados y normativos del magisterio, dentro de la Tradición de la Iglesia”. Y, al mismo tiempo presenta el Catecismo de la Iglesia como un “subsidio precioso e indispensable”.
En el pensamiento del Papa tenemos un lugar destacado las personas y el valor de nuestro testimonio público, Por eso afirma: “La renovación de la Iglesia pasa también a través del testimonio ofrecido por los creyentes”, por ello nos invita en este año a “una auténtica y renovada conversión al Señor” que sólo es posible dejándonos llenar del amor de Cristo, pues: “…es el amor de Cristo el que llena nuestros corazones y nos impulsa a evangelizar”.
Desde el Concilio una constante en la Iglesia es la necesidad de una Nueva Evangelización, que en continuidad con Pablo VI y Juan Pablo II, Benedicto XVI nos recuerda con frecuencia en su magisterio, y que en este año quiere avanzar en la cuestión: “Y precisamente he convocado la Asamblea General del Sínodo de los Obispos, en el mes de octubre de 2012, sobre el tema de la nueva evangelización para la trasmisión de la fe cristiana. Será una buena ocasión para introducir a todo el cuerpo eclesial en un tiempo de especial reflexión y redescubrimiento de la fe”.
Renovación y Evangelización son una constante en los planes pastorales de la Iglesia, es nuestro Plan Diocesano de Pastoral: “Nos renovamos para evangelizar”, es el nuevo plan de la Conferencia Episcopal Española: “La nueva evangelización desde la Palabra de Dios. Por tu Palabra, echaré las redes (Lc 5,5)”, y el de otras muchas diócesis españolas. El acierto de su santidad radica en situar ambas dimensiones en el ámbito de la fe, algo que parece obvio, pero que no podemos dar por supuesto. En este planteamiento “la fe, profesada, vivida y rezada, y reflexionada” se concierte en el centro de la acción pastoral de la Iglesia y nos ofrece la posibilidad de vivir, en el próximo curso 2012-2013, este “Año de la fe” como un tiempo especial de gracia, que el Señor regala a su Iglesia, para vivir plenamente nuestra vocación cristiana. Y como dice el Papa: en este año “tendremos oportunidad de confesar la fe en el Señor Resucitado en nuestras catedrales e iglesias…, en nuestras casas y con nuestras familias, para que cada uno sienta con fuerza la exigencia de conocer y trasmitir mejor a las generaciones futuras la fe de siempre”.
Esta Carta Pastoral es muy interesante, es fácil de leer y seguir. Sobre ella hablaremos mucho a lo largo del próximo curso y se nos invitará a participar en todo tipo de acciones y celebraciones. Leámosla con detenimiento, pues nos ayudará a reflexionar sobre algo tan grande como es la fe de la Iglesia y algo tan sencillo e importante como es nuestra fe personal y comunitaria.