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2 de diciembre de 2007

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«VIVIR DE LA EUCARISTÍA EN UNA SOCIEDAD SECULARIZADA»

-¿Qué es el Plan Diocesano de Pastoral y por qué un plan diocesano?
El plan pastoral son unas directrices fundamentales que van dirigidas a toda la diócesis. Directrices que nos hacen mirar a todos en una misma dirección, que aúnan el trabajo, las preocupaciones, los objetivos y en este sentido, además de hacernos trabajar en comunión y en complementariedad, nos ayuda también a dar respuesta a las situaciones similares que estamos viviendo en los distintos ámbitos de la diócesis. El Plan Diocesano de Pastoral nos ayuda a mirar en una misma dirección y a trabajar juntos. Estas directrices son vinculantes para todos.

-Vivir de la eucaristía en una sociedad secularizada…
Sí. Partimos de un somero análisis de una sociedad secularizada que en buena parte prescinde de Dios o que da la sensación de no necesitar de Dios. No se trata simplemente de decir a la gente que tiene que ir a misa, sino que la eucaristía concentra para nosotros todo el misterio de Cristo, todo el amor de Dios a los hombres, todo el amor de Jesucristo al Padre, todo el amor de Jesucristo a los hombres. En la eucaristía queremos vivir esa fidelidad a Dios y también esa entrega y servicio a nuestros hermanos los hombres.

¿Cuál es la urgencia principal en la diócesis?
La Iglesia tiene que realizar siempre tres tareas fundamentales. Una es anunciar a Jesucristo, otra celebrar a Jesucristo en los sacramentos (especialmente en la eucaristía), porque la palabra sin celebración, sin realidad que  acontece, puede convertirse en ideología. Luego, además de anunciar y celebrar, tenemos que ser testimonio de lo que celebramos y hacerlo presente en nuestra vida por medio de la caridad. Nos hemos marcado un objetivo para cada una de estas acciones.

-¿Cuáles son los objetivos fundamentales del plan?
Vemos que la actual situación cultural de secularización (algunos la llaman de neopaganismo), esta influyendo también en muchos de nuestros cristianos; en ese sentido, queremos hacer una apuesta por una formación sólida. Tenemos muchos cristianos bautizados que no han sido suficientemente evangelizados y carecen de formación. Pues para estos cristianos iría el primero de los objetivos.

Otro objetivo apunta a la celebración de los sacramentos: nos preocupa especialmente que determinados sacramentos, los que marcan momentos especiales de la vida (primeras comuniones, bodas, etc), se conviertan en unos productos más de una sociedad consumista; en celebraciones que tienen más sentido social que de vivencia de fe. Quisiéramos que esas celebraciones fueran celebraciones vivas, donde realmente se participara en ellas en fidelidad a lo que son y que así puedan aportar a las personas toda la riqueza que tienen para llenar de sentido la vida. Este sería el segundo de los objetivos.

El tercer objetivo se refiere a la caridad. A veces pensamos que eso de la caridad es cuestión de un grupo, de ´llaneros solitarios´ de Cáritas. La comunidad cristiana, que vive desde la eucaristía el amor de Jesucristo al mundo y sabe que en la eucaristía el Señor nos hace cuerpo, miembros unos de otros, tiene que vivir la comunión cristiana de bienes. Cáritas es la institución que canaliza esta tarea de compartir.

Destacamos de manera especial la acogida, atención e integración de los inmigrantes. Queremos que lleguen a ser ciudadanos que, como nosotros, participen de los bienes de la cultura, del progreso y, aquellos que son cristianos, participen también de los bienes de nuestra fe.

Hay otro objetivo que nos preocupa mucho que es uno de los problemas más serios, de los desafíos mas graves que de cara al futuro tiene nuestra diócesis: el problema de la falta de vocaciones a la vida sacerdotal y a la vida religiosa. Nos preocupa que seamos cada vez menos, cuando vemos que el trabajo es cada vez mayor en nuestro presbiterio diocesano. Por eso queremos trabajar también por las vocaciones. El Señor sigue llamando y queremos ser trasmisores de esa llamada para que llegue al corazón de jóvenes y adultos para que puedan decirle su SÍ y poner la vida a disposición de Dios y de la Iglesia.

En los encuentros arciprestales, en los que nos veremos todos los agentes de pastoral, comentaremos esto más ampliamente.