16 de diciembre de 2018
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Florencio Abajo Núñez es Director General de la Hermandad de Sacerdotes Operarios Diocesanos y, director de la Casa de la Biblia. Ha vuelto a Albacete para dirigir el III Curso de Animadores Bíblicos, dentro del Proyecto de Lectura Creyente de la Biblia. Este año, centrado en el evangelio de Lucas, texto que estamos leyendo en la Eucaristía dominical. Hablamos hoy con él.
Florencio, la Lectio Divina, un método de lectura creyente de la Palabra que va calando en nuestra Diócesis
Sí. Ya se lleva trabajando aquí tres años. Se han creado muchísimos grupos en diversas parroquias de toda la Diócesis. Realmente, la respuesta está siendo muy interesante. Grupos de lectura creyente que, el primer año leyeron a Marcos, el año pasado Hechos de los Apóstoles y, ahora, este tercer año, van a leer el evangelio de Lucas.
Este evangelio de Lucas, conocido como el tercer evangelio, ¿Qué particularidades presenta? El evangelio de Lucas es muy interesante. Es una Evangelio literariamente bellísimo, un texto precioso. Nos presenta, con gran claridad, el rostro de un Dios que es misericordia. No hay más que notar, por ejemplo, la cantidad de textos que encontramos solamente en este Evangelio: La parábola del Hijo Pródigo, el Buen Samaritano, el encuentro con Zaqueo, la historia del rico Epulón y el pobre Lázaro, textos en los que presenta de forma muy clara y nítida el rostro misericordioso de Dios.
¿Qué estructura tiene este Evangelio?
Es un texto que tiene en la base el evangelio de Marcos, con un esquema similar. Como novedad, Lucas lo amplía poniendo en un primer momento un relato de la infancia de Jesús. La vida pública sigue un esquema parecido: los acontecimientos que suceden en Galilea, el camino a Jerusalén, donde Jesús va explicando a sus discípulos qué es el Reino y lo que implica seguirle como creyente y, por último, los acontecimientos finales en Jerusalén, completándolo con una serie de apariciones, que no tiene Marcos, tras la muerte y resurrección del Señor.
¿A qué comunidades escribe Lucas su Evangelio?
Lucas escribe bastantes décadas después de la muerte y resurrección de Jesús. Estaba la promesa de que él volvería pronto, pero esa venida no es tan inminente como esperaban. Empezaba, pues, a cundir un poco el desánimo, el cansancio, y lo que hace el evangelista es escribir a estas comunidades para animarles, para decirles, mirad: “La vida del Señor debe ser inspiración y acompañamiento en nuestras vidas”. Es muy interesante reconocer cómo Lucas se dirige, funda- mentalmente, a los cristianos a los que Pablo había evangelizado, tanto en Asia Menor como en Grecia. Aquellas comunidades, a las que Pablo anunció el Evangelio, Lucas se dirige ahora para insistir en el mensaje de Pablo: seguir siendo fieles a Cristo a pesar del retraso en su venida.
¿Por qué nos animas a leer este año el Evangelio de Lucas?
Lo primero, porque es una Evangelio muy fácil de leer. Además, se da la circunstancia de que al comenzar el Adviento, empezamos el ciclo C, en el cual la liturgia nos propone leer mayoritariamente el evangelio de Lucas en las lecturas dominicales de una manera continuada. Por eso, si en los grupos de Lectio Divina, leemos el evangelio de Lucas se combinará muy bien con esta lectura dominical, que vamos a ir haciendo comunitariamente en la celebración de la Eucaristía.
¿Cómo tenemos que hacer la lectura de este Evangelio?
No hay diferencia con lo que hemos venido haciendo estos años con el evangelio de Marcos y el Libro de los Hechos de los Apóstoles (cuyo autor también es San Lucas). Seguiremos con el método de Lectio Divina: leer atentamente el texto; comprenderlo; actualizarlo en la meditación; confrontar con nuestra propia vida lo que el texto nos está proponiendo; terminar con un momento de oración. No cambia el método, sino los pasajes a los que nos vamos acercando, como cambia, también, nuestra circunstancia personal en cada momento. Ciertamente, aunque leyéramos la parábola del Hijo Pródigo cien veces, cada una de estas lecturas aportaría nuevas perspectivas, nuevos acentos, nuevas ideas muy sugerentes que, realmente, nos ayudarían a crecer como creyentes. Es una delicia poder acercarnos a estos textos para descubrir lo que Espíritu Santo nos quiere decir a nosotros, creyentes del siglo XXI, que vamos caminando por esta Diócesis de Albacete y buscando ser cada día mejores discípulos del Señor.
LOS DATOS
- En nuestra Diócesis hay alrededor de 800 personas en los Grupos de Lectura Creyente.
- 100 personas realizaron el curso de Animadores Bíblicos