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16 de enero de 2008

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JOVEN INMIGRANTE
LA PARROQUIA SALE A TU ENCUENTRO

La celebración de la Jornada Mundial del Migrante y del Refugiado vuelve a poner ante nuestros ojos una realidad en la que se ven envueltas más de 190 millones de personas en todo el mundo, además de los 24,5 millones de desplazados internos. Por lo que se refiere a España, hemos pasado de 3.730.610 en el año 2006 a 4.482.568 en el año 2007. […]

Es un hecho preocupante la estancia en nuestro país de numerosos inmigrantes indocumentados, la mayor parte de ellos jóvenes e incluso menores que se ven empujados a vivir en la clandestinidad y en la inseguridad. También con estos tiene la Iglesia un especial compromiso de ayuda y servicio.

LOS JÓVENES INMIGRANTES[…] En su mensaje para la esta Jornada el Papa describe su situación: «Los jóvenes migrantes son particularmente sensibles a la problemática constituida por la “dificultad de doble pertenencia”: por un lado, sienten vivamente la necesidad de no perder la cultura de origen, mientras, por el otro, surge en ellos el comprensible deseo de insertarse orgánicamente en la sociedad que les acoge». A estos inmigrantes, desarraigados de su tierra y de su familia, se les une a veces a su condición la de parado e indocumentado. En muchos aspectos son como seres inexistentes. Esto los coloca en una situación de extrema vulnerabilidad y de indefensión absoluta, especialmente a las mujeres, cuya presencia tiene un peso cuantitativo muy fuerte en la inmigración española de los últimos años. […]

LA PARROQUIA SALE AL ENCUENTRO
Ante la especial situación de los inmigrantes nuestras parroquias y comunidades cristianas deben adoptar una postura activa para dar una respuesta en la medida de sus posibilidades. La razón última ha de ser siempre no tanto la situación legal o jurídica, sino la igual dignidad de toda persona y sus derechos fundamentales y el mandato del Señor.

[…] La Parroquia, por su condición de familia, comunidad, por su capacidad de prestar numerosos y variados servicios a la persona, y por estar siempre «abierta» o «en guardia», se encuentra en una situación privilegiada para ser el primer espacio de encuentro de los inmigrantes con la Iglesia de su nuevo país. Por otra parte, una Parroquia viva y con espíritu misionero no se conformará con estar a la espera de los que vengan, sino que saldrá al encuentro de todos, especialmente de los más necesitados. […]