26 de junio de 2016
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En este año de la Misericordia, el “enseñar al que no sabe”, cobra una dimensión especial, sobretodo en una zona como la que atiende el Colegio Diocesano. Hace ya tres años que se constituyó la Fundación Diocesana de Enseñanza Virgen de Los Llanos en Albacete como una obra de formación y educación cristiana sin ánimo de lucro. Nació, por tanto, para abrir las puertas de sus aulas a los más necesitados, bajo la dirección del Obispado. Así, podría crear, dirigir y asumir la gestión de centros educativos.
Los beneficios de la fundación van dirigidos al alumnado, teniendo especial consideración con los sectores más desfavorecidos. Y es que parte de la premisa de que procurando una formación integral contribuye a crear una sociedad más humana, libre y solidaria. Para alcanzar estos objetivos, la Fundación Virgen de Los Llanos asumió la titularidad del Colegio Diocesano de Albacete, un centro, hoy concertado, que nació en 1968 de la mano del Obispado, para que la oferta educativa llegara realmente a los niños de todos los barrios de la ciudad.
Su ubicación, en la calle Alcalde Conangla, le permite acoger en sus aulas a alumnos de Educación Infantil, Primaria, Secundaria y Formación Profesional procedentes, en su mayoría, de los barrios de La Estrella y La Milagrosa. Hay que tener en cuenta que, con un significativo porcentaje de población inmigrante, la crisis se ha cebado especialmente con estas zonas de la ciudad, donde las ayudas de organizaciones como Cáritas y los subsidios son, en muchos casos, los únicos medios para subsistir.
El Colegio Diocesano trabaja con el respaldo de la Fundación Diocesana para sortear una realidad injusta. Un amplio número de sus alumnos no dispone de un ambiente propicio para realizar las tareas escolares; las familias tienen un nivel de formación tan bajo que su implicación en las responsabilidades educativas y de estudio resulta muy complicado; la mayoría de los alumnos carece de un lugar adecuado en casa para estudiar, sin acceso a Internet, libros o diccionarios y, en definitiva, sin recursos para material escolar. Este panorama ha llevado a que el centro establezca como prioridades el aula matinal y el comedor escolar, recursos con los que garantiza dos de las comidas más importantes del día. Además, los fondos que le llegan los invierte en las tareas de refuerzo y apoyo, la adquisición de material escolar, actividades deportivas, culturales, lúdicas y pastorales, formación de padres y familiares y la incorporación paulatina del uniforme.
Alumnado
Uno de cada cuatro niños de los más de trescientos estudiantes del Colegio Diocesano es inmigrante. Por este motivo, el centro educativo ha hecho de la integración y la educación en valores su bandera. Este centro es uno de los decanos de Albacete, ya que inició su andadura en 1968. El Obispo de Albacete, en alguna ocasión ha definido al colegio como “un modelo de convivencia para la sociedad”, donde podríamos aprender a respetarnos a pesar de nuestra diferencias culturales, religiosas o de nacionalidad… el respeto, la amistad y la solidaridad se viven de manera especial. Toda persona que pasa por el Colegio Diocesano se lleva la impresión, de que se encuentra con una “gran familia”, donde el compromiso por ayudar al que tienes al lado es la seña de identidad.
Para toda esta labor educativa y social, el colegio cuenta con la ayuda de algunas parroquias y particulares que generosamente han contribuido económicamente para poder realizar las actividades extraescolares, complementarias a la educación y el apoyo y refuerzo escolar. Otro aspecto destacable es la colaboración de personas que dedican su tiempo, como voluntarios en la realización de alguna actividad.
Actividades
Una de las actividades que mejor refleja el espíritu del Colegio es el Coro COLLAGE, una iniciativa que por medio de la música educa en valores. El número de participantes como miembros del coro es de 32, mayoritariamente son alumnos del Colegio Diocesano, pero también encontramos antiguos alumnos, padres, voluntarios y algún profesor. Lo que hace del coro un lugar de encuentro y fraternidad.
El coro hace que los alumnos se impliquen en su aprendizaje, les motiva y les hace percibir que son capaces de conseguir realizar los proyectos que se propongan en sus vidas.
Se fomenta un compromiso social, trabajando de esa manera la empatía con personas en situaciones difíciles.
Por medio de la música y de la expresión artística se ayuda a la integración y desarrollo personal de niños y jóvenes de los barrios de La Estrella y La Milagrosa.
El Coro ha participado en colaboración con otras entidades para desarrollar proyectos solidarios incluso a nivel internacional. Destacar la colaboración con la Asociación AMAC, el concierto en el Cotolengo, Certamen de Villancicos… y esta misma semana un concierto en el que todo lo recaudado se destinó íntegramente al compromiso del Año de la Misericordia de la Diócesis de Albacete, el proyecto St. Paul Hall de la Diócesis de Gowke de Zimbabue, donde un albaceteño D. Ángel Floro es Obispo. El proyecto consiste en construir una zona común para un colegio donde protegerse del sol, aunque solo sea un techado y un suelo para evitar la arena.
Enrique Encabo Cebrián
Presidente de la fundación Virgen de Los Llanos
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