27 de octubre de 2013
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Muestra histórico-artística, teológica y catequética de la Diócesis de Albacete, con motivo del Año de la Fe, con 51 obras muy significativas de nuestro Patrimonio Cultural Diocesano, en el Museo Municipal de Albacete, sito en la Plaza del Altozano de la ciudad. El horario de visita es de martes a domingo, de 10:30 a 13:00 horas y de 17:00 a 21:00 horas, hasta el día 24 de noviembre, festividad de Cristo Rey en que será clausurado el Año de la Fe.
La Exposición FIDES está especialmente diseñada para acercarnos al hecho de la fe y sus contenidos, desde la relación entre la fe y el arte que podemos apreciar en la contemplación de 51 obras de orfebrería, escultura y pinturas muy significativas del Patrimonio Cultural de la Iglesia de Albacete, para el enriquecimiento de la catequesis, de la enseñanza religiosa, de la formación de agentes de pastoral y sobre todo, para la evangelización, apoyándose en la Carta Pastoral “Porta Fidei”, con la que Benedicto XVI convocaba el Año de la Fe.
Articulada de esta manera, la exposición presenta y comunica la fe como don revelado por Dios a quienes la acogen y la viven, y que es luz, como nos dice el Papa Francisco, que ilumina la existencia humana y hace grande y plena la vida, centrada en Cristo. FIDES tiene también la finalidad de fomentar el conocimiento del patrimonio histórico-artístico de la Iglesia, para su mayor valoración y protección.
“La fe es un hecho. Habrá gente que niegue el hecho de la fe, pero existen muchas personas que viven la fe y que viven desde la fe y su vida está organizada desde la fe”, afirmó en la presentación de la Exposición FIDES, Luis Enrique Martínez Galera, vicario general de la Diócesis y delegado para el Patrimonio Cultural de la Iglesia, y que es comisario de la exposición, junto con el historiador Luis Guillermo García-Saúco Beléndez.
La dirección del montaje de la muestra corre a cargo de Godofredo Jiménez Esparcia. Buena parte de las piezas que la componen son de extraordinario valor cultural y artístico, y algunas forman parte por vez primera de una exposición. Asimismo, se ha editado un catálogo que incluye ficha técnica detallada de cada una de las obras, que proceden de las parroquias, monasterios, cofradías y hermandades de la diócesis de Albacete.
El vicario de la diócesis explicó que esta muestra es la suma de muchos esfuerzos y el apoyo de muchas personas, de tal forma que es “una obra de todos y en todo momento hemos encontrado el ánimo y el deseo de colaborar para hacerla posible”, destacando la colaboración un amplio elenco de entidades públicas y privadas a las que agradeció también su participación.
Se trata de una exposición modesta en cuanto al número de obras que la forman, así como desde el punto de vista de la moderación en gastos para su montaje, preparada durante un año y medio acogiendo la iniciativa de la Congregación para la Doctrina de la Fe, que en sus indicaciones pastorales para el Año de la Fe dirigidas a las Conferencias Episcopales, animaba a la posibilidad de aprovechar el patrimonio cultural diocesano para acercar a los hombres y mujeres de hoy la belleza de la fe.
Un recorrido artístico por la fe y sus contenidos que culmina con la Señal de la Cruz
La Exposición FIDES está estructurada en seis capítulos y tiene como hilo conductor la Carta Pastoral “Porta Fidei”.
El capítulo primero, a manera de introducción, nos muestra el hecho de la fe, “FIDES”, desde las alegorías de la virtud, cristiana y pública, hasta su plasmación en la evangelización y la liturgia, como lo es la Custodia de la fe de la Parroquia de La Asunción de Yeste, que aparece en el cartel de la muestra. También es de destacar la Alegoría de la Fe pública, que guarda el Colegio Notarial de Albacete, una magnífica escultura del escultor Ignacio Pinazo Martínez, que vivió en Albacete.
El capítulo segundo, “PORTA FIDEI”, nos abre a la realidad del bautismo como puerta de la fe que es. Así, desde la pila bautismal de Sotuélamos hasta la anotación del bautismo más antigua que se conserva en la diócesis en el libro primero de bautismos de la parroquia de Santa Catalina de El Bonillo, de 1504, presenta distintos objetos litúrgicos propios de la celebración del bautismo.
El tercer capítulo, “CREDO”, al tiempo que expresa el hecho personal de creer –creo-, hace un recorrido por los artículos del Credo, mostrando cómo el artista ha ido plasmando estos contenidos en obras concretas, creadas para la liturgia eclesiástica o para la devoción religiosa o particular. Entre las obras, cabe destacar el misal romano de la Iglesia de Peñas de San Pedro, del siglo XVIII, y la representación de Dios Creador, una pintura de Fray Antonio Villanueva que procede del Convento de los Franciscanos de Hellín, junto a una magnífica tabla “Noli me tangere”, que representa la Resurrección, de la Parroquia Santa María del Salvador de Chinchilla de Montearagón.
El cuarto, “SACRAMENTUM FIDEI”, hace referencia a la eucaristía. Una pequeña selección de obras, fundamentalmente vasos sagrados, nos acercan a este misterio fundamental de la vida cristiana de la fe en el sacramento de la eucaristía. En el conjunto de piezas de este capítulo, hay un sagrario de la Iglesia de Liétor que probablemente procede del desaparecido convento de los carmelitas y aunque es una obra del siglo XVII la puerta del sagrario es una tabla del siglo XVI “verdaderamente espectacular –expresó Luis Guillermo García-Saúco-, anónima, vinculada al hispanoflamenco. También podemos contemplar la custodia del Corpus que es del siglo XVI, de Albacete.
El quinto capítulo se centra en la vivencia personal y comunitaria de la fe, “VITA FIDEI”. Un conjunto de esculturas, pinturas y orfebrería nos describen un amplio abanico de realidades y personas que a lo largo de los siglos, desde la Virgen María hasta hoy, han hecho vida de lo que han creído, y todo ello con la constancia de la oración permanente de la Iglesia. Resalta en este capítulo la reconstrucción de un retablo, por el pintor Godofredo Jiménez, que estaba en el Convento de las Franciscanas de Alcaraz de la Tercera Orden Regular y que en los años 40 del siglo XX fue desarmado y llevado parcialmente a la Iglesia de Balazote.
Y para terminar, a manera de epílogo, “SIGNUM CRISTIANORUM”. La señal de la cruz, signo de identidad de los cristianos. La Cruz procesional de La Asunción de Jorquera termina y cierra este itinerario, al tiempo que nos abre a la realidad misma, la vida de cada uno, comunidades y fieles, que han vivido y viven el día a día iluminados por la fe en Jesús. Esta cruz es una pieza verdaderamente excepcional, que data del año 1574, de los plateros Miguel de Vera y Juan Ortiz y que puede ser contemplada por delante y por detrás.