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17 de enero de 2010

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El domingo 24 de enero celebramos la Jornada de la Infancia Misionera con el lema: “Con los niños de África… encontramos a Jesús”. La Delegación de Misiones está realizando con los niños de Albacete un largo recorrido por los cinco continentes, que durará hasta el año 2013. El itinerario se inició el 2009 en Asia: “Con los niños de Asia…. buscamos a Jesús”.

Este año la meta está en África, para encontrarse con Jesús en compañía de los niños africanos. El objetivo es descubrir cómo son y cómo viven los niños en este continente, para hacer realidad el intercambio de bienes con ellos que promueve Infancia Misionera.

La primera etapa de este proyecto fue buscar a Jesús. Ahora corresponde profundizar en la segunda: el encuentro. Cuando se busca a Jesús es seguro encontrarle, porque Él está siempre cercano. Es la ocasión para descubrir que este encuentro sólo es posible si se hace en compañía de otros. Los niños de Infancia Misionera albaceteños han optado por vivir dicho encuentro en compañía de los niños africanos.

La Infancia Misionera coopera con la atención de: cerca de 7.000 dispensarios, más de 2.000 hospitales, unos 2.800 orfanatos, más de 15.000 escuelas maternales, unas 38.700 escuelas primarias, cerca de 13.000 escuelas secundarias. Para la realización de estos proyectos se necesita la colaboración de los niños pero también de los mayores. En la Delegación de Misiones de Albacete no les da vergüenza volver a pedir, porque son muchas las necesidades que hay que cubrir y los misioneros cuentan con la ayuda que les podamos mandar.

Infancia Misionera se identifica el continente africano con el color verde. De esta manera se evoca la esperanza de un continente joven que vive la apasionante conquista de crecer por sí mismo y el compromiso de rentabilizar la riqueza de sus gentes y tierras. África no es un continente pobre, en todo caso está empobrecido por el egoísmo de otros.

El Evangelio de Jesús está dando fruto en el corazón de los africanos. La sorprendente expansión de la Iglesia en la práctica totalidad de sus países es fruto de haber encontrado en Jesús la respuesta a sus búsquedas e inquietudes religiosas. Los niños son los primeros beneficiados, y la escena del cartel muestra una vez más que para Dios no hay acepción de personas ni de razas.