28 de noviembre de 2010
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Las personas sin hogar no son noticia.En pocos medios de prensa se recogen las agresiones o los fallecimientos de las personas que viven en la calle. El frío del invierno, la nieve y la lluvia si pueden conseguir que en alguna página de periódico aparezcan algunas líneas dedicadas a esta realidad que no queremos ver porque nos duele como sociedad; porque nos pone frente a un espejo que devuelve la imagen de un mundo injusto y egoísta. Preocupado por solucionar la quiebra económica de multinacionales o bancos pero ajeno al sufrimiento físico y moral de millones de personas (cientos de miles en nuestro país) que llamamos «personas en situación de exclusión», «los nadies», «los invisibles», «los pobres»…
Cáritas, FACIAM (Federación de Asociaciones de Cáritas para la integración y ayuda de marginados) y la Federación de Entidades de Apoyo a las Personas sin Hogar (FEPH) llevan desde el año 1992 intentando poner voz a los «sin voz» en el Día de los sin Techo. Con la Campaña de las Personas Sin Hogar «Nadie sin Hogar» 2010-2015, une su trabajo a los de cientos de entidades sociales que en toda la unióneuropea llevan a cabo la campaña «Acabar con el sinhogarismo es posible».
Nadie sin hogar quiere decir nadie sin acceso a derechos sociales, nadie sin red, nadie sin afecto, nadie sin valor. El hogar es el lugar donde cada uno tiene su espacio, donde guardamos nuestra intimidad, donde tenemos nuestros bienes, donde nos relacionamos con amigos y vecinos, donde desarrollamos proyectos y afectos. El hogar nos da solidez, nos hace personas recias y fuertes… En nuestros mejores recuerdos siempre está el hogar.
Como sociedad civil tenemos que intentar trabajar en la creación de un modelo de acción social más justo, en el que esta situación tienda a desaparecer. Pero para eso es preciso que cada uno se comprometa en el cambio de la realidad, primero conociéndola para poder después denunciar lo que no está bien y proponer soluciones alternativas.