7 de septiembre de 2007
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[fusion_dropcap color="var(--awb-color2)" class="fusion-content-tb-dropcap"]C[/fusion_dropcap]iriaco Benavente Mateos es obispo de la Diócesis de Albacete hace casi un año, ésta será su primera Feria y espera con entusiasmo conocerla bien.
Para usted será la primera feria como obispo de Albacete, ¿qué le han comentado sobre nuestra Feria?
Me han dicho tantas cosas y tan bellas sobre la Feria que espero con curiosidad este acontecimiento, que, cada año, marca la identidad y la vida de Albacete. Da la impresión de que Albacete no sería lo que es sin su Feria, y que la Feria tampoco sería lo que es sin la Virgen de los Llanos, que preside los festejos en el Ferial.
-¿En todos estos meses como obispo ha podido sentir el gran fervor que tiene el pueblo de Albacete a la Virgen de los Llanos?
Sí, lo he constatado y me parece admirable. Todos llevamos dentro, de alguna manera, el niño que fuimos. El corazón sabe de razones que, a veces, la razón ignora o desprecia. La imagen de la Madre destapa el manantial de la ternura y el Misterio se nos hace familiar cuando ella nos lo sirve. He dicho muchas veces que sólo hay una cosa más hermosa que un pueblo en fiestas: que la fiesta sea en torno a la Virgen. Cuando esto acontece, como en el caso de Albacete, la presencia del Madre siempre hace pueblo y hace Iglesia. Aunque la vida nos haya dispersado, aunque nos separen distintas y legítimas formas de pensar o actuar, la presencia de la Madre hace el milagro de que volvamos a sentir que somos hermanos.
-¿Cómo afronta personalmente las fiestas mayores de nuestra ciudad?
Con profunda curiosidad, como le decía antes. Estoy seguro, porque lo vengo viendo y oyendo, de que la Feria no me va decepcionar.
-¿Tiene previstas algunas actividades durante la Feria? ¿Puede comentarnos las más destacadas?
Asistiré, como manda la tradición, a la gran cabalgata, acompañando a la imagen de la Virgen de los Llanos. Espero dar alguna vuelta por el ferial, para hacerme cargo del ambiente y para visitar a la Virgen, y presidiré, si Dios quiere, los actos religiosos de esos días, como corresponde. Intentaré, aunque haya llegado hace sólo unos meses, hacer míos los mejores sentimientos de los albacetenses.
-En estos meses, ¿qué es lo que más le ha gustado de nuestra provincia, o lo que más le ha llamado la atención?
He disfrutado conociendo a las personas, haciendo nuevas amistades en Albacete, en los pueblos y en las aldeas. Me ha impresionado descubrir que Albacete no sólo cuenta con la bella monotonía de sus llanuras, abiertas a horizonte sin límites, sino también con los paisajes de su impresionante serranía, hasta el punto de preguntarme si esto era la Mancha, de que me habían hablado.
-¿Cuál es su mensaje para los albacetenses en este comienzo de Feria? Que vivan la fiesta, que disfruten del encuentro con los otros en paz y armonía, que saboreen el gozo de vivir, el sentido de la vida. Que se eviten los excesos para que la fiesta no degenere en pura euforia, en fiesta artificial y sin sustancia. Cuando esto sucede, la fiesta sólo deja frustración y el amargo sabor de la resaca.
-¿Algo más que agregar?
Sí. ¡Felices fiestas a todos los albacetenses!