29 de agosto de 2010

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El sábado, día 29, con gozo y alegría, en una tarde fraternal y festiva, celebrábamos en Ayna, en Acción de Gracias al Señor el 50 Aniversario de la Ordenación Sacerdotal de Ángel López Vergara, nuestro querido sacerdote desde hace 15 años.

La eucaristía estuvo presidida por Don Ciriaco Benavente Mateos, obispo de Albacete y Don Ángel Floro Martínez, obispo de Gokwe (Zimbabwe) que junto a un grupo de sacerdotes, familiares, amigos y vecinos del pueblo y todas sus aldeas llenaban el templo parroquial al regazo de la Madre de lo Alto.

Con su lema «…COMO EL BUEN PASTOR » todavía hoy Ángel sigue dando y desgastando su vida por sus ovejas y aunque los años han menguado su pequeña estatura, también los años le han hecho crecer en serenidad, en libertad y en sabiduría, hermosas virtudes para acoger más y mejor la gracia de la santidad a la que un día fue llamado.

A un acogedor saludo siguió la sencilla homilía de su vida y sobre el altar todos los niños bautizados, a los que dio la Primera Comunión y tantas otras más; a los que perdonó, a los que presidió su enlace matrimonial, a los que ungió en su enfermedad o en sus muchos años, a los que al final de su andadura dijo adiós en el Señor…todos con sus nombres, con su historia y con su destino fueron ofrenda en ramos de flores blancas. Música, oración y varios detalles fueron obsequios y acción de gracias de niños, jóvenes, sacerdotes, familias, de «los quintos», de toda su comunidad parroquial, Arciprestazgo de Sahuco y de la Diócesis de Albacete.

Terminada la Eucaristía, encuentro y merienda compartida en el patio del Salón Parroquial, donde no faltaron las hojuelas típicas de las «bodas ayniegas». Las palabras de Ángel López fueron de recuerdo agradecido a todas las parroquias por las que ha pasado y dijo que “al celebrar las Bodas de Oro sacerdotales recuerdo con cariño a cuantos he tenido la dicha de haber conocido en cada parroquia o comunidad donde he desarrollado mi ministerio sacerdotal. Agradezco vuestra colaboración en mi labor pastoral, así como vuestro trato humano rico en sencillez y generosidad. Contad siempre con mi amistad sincera como persona y como sacerdote”.

Por otro lado, Cándido Córcoles, párroco de Ntra. Sra. de la Paz y capellán de las Carmelitas Descalzas de la ciudad celebraba el pasado fin de semana también sus 50 aniversario de ordenación. En la acción de gracias de la Eucaristía, la parroquia daba gracias a Dios “por la vida que nos has dado hoy, por todos los dones que nos has ido regalando durante todos los días de nuestra vida. Gracias por aquel primer Sí de Cándido a tu primera llamada, aunque fuera por medio de un balón, y que ha ido renovando a lo largo de todos estos años. Por todas las gracias que tú, Señor, has derramado por medio de su ministerio sacerdotal y la administración de los sacramentos, llevando luz, paz, alegría, consuelo y perdón”.

Emilio Avilés nació en la provincia de Toledo y es el párroco de El Bonillo y El Ballestero. El ha celebrado de forma sencilla en las dos Parroquias y en la Residencia de Ancianos sus 50 años de servicio a la Íglesia de Albacete. De sus palabras brotan “agradecimiento a la Diócesis de Albacete donde me he sentido acogido y querido durante todo mi ministerio”.

Y Juan Miguel Romero párroco de Santa María de Villarrobledo vivía el pasado sábado junto a la comunidad parroquial un día de agradecimiento al Señor. Una celebración participativa por toda la comunidad y donde fueron apareciendo rostro significativos de toda su labor pastoral a lo largo de sus 50 años de sacerdocio. Este viernes pasado, en Peñas de San Pedro Juan Miguel también lo celebraba junto al Cristo del Sahúco en el último rezo de la Novena.

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