25 de abril de 2010
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Que la Iglesia de acá este implicadísima en la promoción humana y en el desarrollo social del Petén no significa que luego en la articulación de las diferentes pastorales no utilice recursos parecidos a los de allá -España-, cierto es que son realidades totalmente diferentes, formas de trabajar también en principio distintas pero con la impresión en algún momento de haber encontrado necesidades comunes, por ejemplo, el acompañamiento de los jóvenes.
Así, el pasado 25 de Abril en el municipio de San Andrés se realizó el encuentro juvenil del Buen Pastor; trabajos previos, momentos de trabajo personal, concierto, caminata, Eucaristía, presentaciones dinamizadas por las diferentes parroquias, -pensaba, esto se parece mucho a los encuentros de allá-. El encuentro, dicho sea de paso fue todo un éxito y convocó a más de mil personas, en honor a la verdad es un encuentro que ya posee una cierta tradición en Petén, el realizado en esta ocasión fue el XIV… ¡Se parece! fue la primera impresión, pero reflexionando después en profundidad caí en la cuenta de lo necesario que es matizar… así aunque hablemos de mecanismos pastorales análogos, sería insultante pensar que la realidad a la que se enfrenta el joven petenero es la misma que la del español. Así, de los que vinieron al encuentro, algunos ya estaban tempranamente casados o unidos, el futuro que a nivel laboral se les presenta es bastante oscuro por no decir que carente de oportunidades, cosa que se agrava para los jóvenes que vinieron de las comunidades de las aldeas. Una de las definiciones de pobreza es la imposibilidad «para elegir». Y oscuro también porque no pueden ser ajenos a la realidad que les rodea… es casi seguro que alguno de los presentes en el encuentro ya tendría rondando en su cabeza el arriesgado tema de emigrar a los Estados (EE.UU), lugar donde sin duda se les explotaran y del que no podrán volver por años… otros, los pertenecientes a comunidades indígenas por ejemplo, también se enfrentan a un gran conflicto generacional -hace poco asistí a esto personalmente en la comunidad de Purushilá-, nada es inmutable, las cosas también han cambiado, incluso para los q´eqchíes… y mientras tanto el lago Petén, que de manera espectacular deslumbraba el paisaje al lado del salón del encuentro, se sigue contaminando a una marcha vertiginosa sin que ningún político competente haga algo por impedirlo, bello y debil a la vez, muchas cosas son así en Petén… pero en fin, no perdamos la esperanza, estos jóvenes son la semilla de un Petén distinto y esperamos que mejor y menos violento.
Con la cercanía del XII aniversario de la muerte de monseñor Gerardi todo el trabajo que hagamos con ellos y por ellos será poco. Que este Buen Pastor aquí y allá nos de la sabiduría suficiente para ejercer el mejor de los acompañamientos.