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17 de octubre de 2013

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Hoy 17 de octubre celebramos el Día Internacional de la Erradicación de la Pobreza. Desde Cáritas nos proponen que en la Eucaristía de hoy se haga una mención especial en recuerdo de esta sangrante realidad que nos azota: la existencia de 1.300 millones de personas en todo el mundo afectadas de pobreza extrema. Nos animan a que recemos en la Eucaristía y a escuchar el manifiesto que se leerá y que será acompañado por el gesto de repicar las campanas como aldabonazo y toque de atención sobre la pobreza extrema de nuestros hermanos.

También hoy 17, jueves, en la parroquia de Fátima, a las 18 h., se celebrará la Eucaristía de comienzo de curso de Cáritas presidida por el Sr. Obispo.

MANIFIESTO CONTRA LA POBREZA

Un año más nos rebelamos contra la pobreza. Una pobreza que ataca directamente a los derechos humanos de millones de personas en el mundo. La riqueza no es un problema en sí misma, pero sí lo es su acaparamiento y su concentración en muy pocas manos. El afán obsesivo de acumulación de riqueza genera corrupción y pérdida de valores. El consumismo compulsivo y desmedido tiene además como consecuencia un importante impacto medioambiental.

Actualmente 1300 millones de personas viven en situación de pobreza extrema, y casi 1000 millones pasa hambre en un planeta donde anualmente se tiran a la basura 1300 millones de toneladas de alimentos, según cifras de la FAO.

En España el 21% de la población está por debajo del umbral de riesgo de pobreza, y en Castilla-La Mancha casi el 32%.

Pero más allá de las cifras de la pobreza, debemos tomar conciencia de sus causas y responsables. Tenemos que identificar los comportamientos que, ampliamente extendidos por el mundo, incrementan la desigualdad y empobrecen a las personas. El acaparamiento de tierras, la privatización de bienes comunes como el agua, la falta de control democrático sobre las políticas públicas, la falta de transparencia en las cuentas nacionales e internacionales, el sistema financiero… junto a las grandes carencias en materia de educación, generan interesadamente las condiciones necesarias para crear pobreza y desigualdad.

Exigimos un cambio en el modelo de desarrollo basado exclusivamente en el crecimiento económico que no tiene en cuenta los derechos de las personas y los límites de nuestros recursos. Es urgente el cambio de nuestros hábitos de producción y consumo para que todas las personas tengan la oportunidad de disfrutar de una vida digna.

Cáritas Diocesana