9 de noviembre de 2010
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Celebramos, un año más, el domingo, día 14, el Día de la Iglesia Diocesana. Lo hacemos este año con un lema significativo: “La Iglesia. Comunidad de fe, caridad y esperanza”. Por la fe crecemos en el Dios que es amor. La esperanza alienta y dinamiza nuestra vida. Son las tres virtudes teologales que sostienen el mundo de la vida incluso por encima de la muerte. Es el servicio fundamental que recibimos de esta Iglesia en que hemos nacido a la fe, en la que hemos descubierto el amor que Dios nos tiene, en la que esperamos experimentar el Reino de Dios como plenitud de vida nueva. La Iglesia nos acompaña en todos los momentos de nuestra existencia, sean tristes o alegres, porque es nuestra Madre.
En estos momentos de profunda crisis económica, el acompañamiento y la ayuda de nuestra Iglesia están siendo de gran esperanza para muchos. Los católicos tenemos que estar siempre dispuestos a escuchar, a acompañar y a ayudar como expresión de nuestro compromiso creyente.
Con motivo del Día de la Iglesia Diocesana, os invito a renovar vuestro sentido de pertenencia a esta Iglesia de Albacete, así como a vuestra Parroquia, en la que vivís vuestra fe y sois testigos de ella. Tanto en la Diócesis, presidida por el Obispo, como en la Parroquia experimentamos y celebramos el amor de Dios que hemos de trasmitir a todos los hombres.
Para que quienes acuden a nuestra Iglesia buscando ayuda puedan encontrar en ella la respuesta adecuada, es necesario disponer de los medios necesarios. La colaboración de los católicos y de los que valoran la labor de la Iglesia es indispensable. En estas circunstancias actuales, de secularismo creciente en la sociedad, es, más que nunca, expresión de vuestra pertenencia y de vuestro compromiso social.
A la vez que agradezco vuestra generosidad, os invito a participar con renovado empeño en la vida y misión de la Iglesia y a colaborar económicamente en su mantenimiento. Todos somos necesarios. Son muchos los que nos necesitan.