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21 de mayo de 2012

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El pasado mes abría sus puertas la nueva sede de Romero, centro de Comercio Justo, en la c/ Hermanos Jiménez nº 13. Hoy nos acercamos hasta allí para hablar  con el responsable de la tienda, Juan Sánchez.

Estáis de estrena, ¿verdad? La tienda de Comercio Justo está en otro local en Albacete, más grande.
Así es. Estamos en la calle Hermanos Jiménez, 13, en ese mismo edificio donde antes estaba Cáritas y con el mismo espíritu estamos ahora ahí. El pasado 17 de abril vino nuestro querido obispo, D. Ciriaco, y tenemos recién bendecido el local. Creemos que el nuevo espacio se adapta a las nuevas formas de comercio y sobre todo, a la de un comercio justo como es éste que intentamos desde aquí promocionarlo.

Juan, explícanos que es Comercio Justo.
El comercio justo es un sistema alternativo al modo tradicional de comercio internacional, que apuesta por un consumo responsable, que es aquél en que el consumidor se pregunta qué tipo de productos está consumiendo y cómo están hechos. Son productos elaborados en el tercer mundo, donde las personas que los producen tienen que cumplir una serie de requisitos para entrar en este sistema de comercio justo: no explotación infantil, que se dé la igualdad entre hombre y mujer, el cuidado del medio ambiente…

Y con el dinero que se obtiene de la venta no estamos haciendo un gran monopolio, sino que estamos ayudando a levantar a la gente de países del tercer mundo.
Claro. Tienen un salario digno, se forman cooperativas donde ellos confeccionan esos productos y las personas pueden funcionar así. Lo que se pretende es que cuanto más vendamos aquí, más ayuda recibirán allí. Comercio Justo depende de Cáritas Diocesana y entrar en Comercio Justo es colaborar con la misión, con los países en vías de desarrollo, porque ese dinero llega allí. La idea es esta también, que consumiendo estos productos de comercio justo se tenga la conciencia de que se está colaborando en cooperación internacional.

Y además hay otra cosa: por ejemplo, cuando uno compra un balón, sabemos que hay marcas que son muy famosas, pero que detrás de ellas tienen a niños explotados en un país del tercer mundo, que trabajan de mala manera, hacinados.
Pues cuando uno compra algo de comercio justo, sabe que no contribuye a nada de eso, sino a todo lo contrario: comprando en comercio justo, ayudamos al desarrollo de un pueblo y a personas que ya están en edad de trabajar. Esto es muy importante, porque estamos dignificando a las personas y sobre todo, haciendo justicia.

El otro día me llevé un café de Nicaragua buenísimo, y sésamo, que nunca lo había probado.
La verdad es que los productos son muy buenos. Pueden verse en nuestra web: http://www.justoyeco.com/, donde también se pueden comprar, por Internet. Tengamos en cuenta que consumiendo sencillamente nuestro café a diario, nuestro azúcar, té, nuestro chocolate de Comercio Justo… estaremos haciendo sencillamente que otros en el Sur puedan vivir dignamente, como dice nuestra campaña institucional de Cáritas.

– Hay muchísimas formas de colaborar con este proyecto: a la hora de hacer un regalo a un amigo…
Pues allí hay una muy buena variedad de artículos para elegir. También se puede ir a la tienda a consumir o degustar un te, un café, unos vinos… es un espacio que se ha abierto nuevo, este de café tienda y la respuesta de la gente está siendo buena. También tenemos mermeladas ecológicas que están producidas en nuestra provincia a través de empresas de inserción social que tiene la Fundación El Sembrador, porque este proyecto es de esta Fundación, que pertenece a Cáritas, a la Universidad de Castilla-La Mancha y a la Cámara de Comercio.