11 de noviembre de 2008

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Carmen Escribano es la nueva directora de Cáritas Diocesana. El pasado 1 de julio el Obispo le confió esta tarea.

– Preséntate tú misma
-Tengo 48 años, estoy casada, tengo dos hijos. Nací en la Roda (cosa que llevo muy a gala). Soy profesora de instituto. Desde hace muchos años colaboro en la parroquia en lo que puedo: catequista, Cáritas… Siempre he estado dispuesta a echar una mano en lo que se me ha pedido en la parroquia, en la Iglesia. Doy gracias a Dios porque descubrí hace mucho tiempo la gran alegría que supone ser miembro activo de la Iglesia. Cuando el día 1 de julio el Obispo me nombró directora de Cáritas le ofrecí mi disponibilidad.

– Te nombró el Obispo pero ¿entiendes tu vida como una vocación, una llamada de Dios?
– Sí. Por supuesto. Yo creo en el Espíritu Santo; hace mucho tiempo que lo descubrí en mi vida y me encomiendo a él con mucha frecuencia. Él es el que me va a dar la fuerza y al que me encomiendo siempre. No falla.

– ¿Qué supone en tu vida ser Directora de Cáritas?
– Un paso más en mi vida, en mi fe, en mi compromiso como cristiana. Además una ilusión muy grande y una oportunidad que el Espíritu Santo me pone para hacer presente el Reino de Dios. Él se quiere servir de mí con mi fragilidad, con mis fallos. Él me engrandece porque sé que cuento con su fuerza. Yo le digo ‘Gracias Señor por esta oportunidad de servir. Sé que tú me vas a ayudar´. Esto lleva consigo una exigencia mayor y una respuesta que debo dar cada día. Puedo decir que estoy en el camino que quiero estar; tengo una gran ilusión. Me siento privilegiada.

– ¿Qué dice tu familia…?
– Me han dado un total e incondicional apoyo. Mi marido dijo: “Estoy a tu disposición para lo que quieras”. Esto me emociona. Tendríamos que hacer un homenaje a todos los cónyuges de todos los voluntarios porque ellos son los grandes voluntarios al aceptar nuestra entrega a los demás con ese tiempo que no le dedicamos a la familia. Mis hijos están estudiando fuera y saben que mi vida está llena también con la dedicación a los demás. Son conscientes que siempre me han tenido y que conforme se han ido haciendo mayores es cuando he ido comprometiéndome más. Están contentos.

– Pensando en Cáritas… ¿Cuál es tu sueño, tu utopía?
– Mi sueño: Intentar que erradicáramos de Albacete la pobreza; que pudiéramos sentirnos acogedores con todos los desfavorecidos y marginados. Pero la gran utopía, el gran deseo es que todos los cristianos, toda la Iglesia de Albacete nos sintiéramos Cáritas. Es muy importante la liturgia, es necesaria la catequesis pero es imprescindible sentir al otro. El espíritu del cristiano es Cáritas. Debemos conseguir ver al otro como hermano.

– Comienzas tu cargo como directora de Cáritas con la gran crisis de nuestra sociedad…
– Sí; y bien que se nota. Por ejemplo: antes llegaban a Cáritas buscando trabajo como empleadas de hogar internas, casi todas inmigrantes… ahora la cosa ha cambiado y son muchas las españolas que solicitan esos trabajos por el desempleo de los maridos. También estamos llamados a descubrir las nuevas pobrezas. Es tiempo difícil pero es nuestro tiempo, el tiempo que nos toca vivir y al que tenemos que dar respuesta. Cada vez se nota más. Pero ya sabemos que la caridad no es dar de lo que nos sobra sino de lo que tenemos. De lo que tenemos no sólo material sino también personal.