23 de julio de 2017
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¿Por qué? ¿Por qué un terremoto así? Para demostrar nuestra solidaridad, para sacar lo mejor de nosotros mismos, para sacarlo en favor de nuestros hermanos. Lo que comenzó como un sueño, por ese sueño por ayudar a Ecuador, por crear sonrisas en los rostros que han perdido todo, por dar esperanza en un presente incierto, por ellos, este sueño se ha hecho realidad. Testimonio de la Verdad, del Amor, el testimonio de la misión. “Sé valiente, la misión te espera”. Con este mensaje, desde la Delegación de Misiones se ha querido agradecer a través de un vídeo, todo el apoyo y ayuda a Ecuador.
16 de abril, terremoto en Ecuador. Corazones encogidos. Lo primero de todo, localizar a los misioneros de Albacete en la zona. Pedro Jesús, Amando y Miguel están bien. Pero esos corazones albaceteños necesitan estar más cerca de Ecuador, los misioneros nos llaman por ello a la oración. Pero siguen pidiéndonos más, y surge la idea de ayudar. Desde la Delegación de Misiones de Albacete, nos desplazamos a las zonas más afectadas en septiembre de 2016, conociendo de primera mano las necesidades que teníamos que cubrir. Y todo lo que comenzó con la idea de mover un pequeño contenedor, se convirtieron en dos de los más grandes. En total 21.500 kg. de ayuda, 1.601 cajas. Han sido muchos los colegios, instituciones, empresas, colectivos, cofradías, Parroquias, y muchos voluntarios. Tantos particulares que con su coche han recogido carga, tantos voluntarios que han estado haciendo cajas. Y cómo se corrió la voz a distintos lugares de España: Valencia, Ourense, Málaga, Salamanca, Murcia… Muchas historias bonitas detrás de mucha ayuda recibida. Familias que han ido a comprar juguetes nuevos para Ecuador, pues porqué dar viejos de sus hijos, si ellos también se los merecen nuevos. O como un niño, que no quería dar nada, pero cuando su madre le explicó la situación de niños como él, cogió su bici nueva y la entregó al proyecto.
Cajas cargadas de material escolar, juguetes, ropa, utensilios de cocina, de higiene, pañales, sillas de ruedas, etc. A parte, mucha ilusión, mucha solidaridad, esperanza, cariño… Nos vimos desbordados de material, pero más aún de entrega, de voluntariedad, de fe. Pues está claro que este proyecto ha sido del Señor. No ha sido un camino fácil, se han cerrado muchas puertas, pero se han abierto otras tantas ventanas por obra sólo suya. El 2 de marzo fueron cargadas las cajas en los dos contenedores, y partieron rumbo a Valencia. Tras la huelga de estibadores, que retrasó las cosas, sumando la dificultad de algunos papeleos, no partieron hacia Ecuador el 24 de marzo. Un mes de travesía, pero aún quedaban cosas por solucionar. Desde el Secretariado de Misiones de Albacete, tuvimos que partir hacia Ecuador, para terminar de solucionar el tema de los papeleos. Hubo momentos de querer tirar la toalla muchas veces, pero el Señor siempre nos regalaba a una persona, una escena, una palabra, un acto, que hacía recobrar la esperanza y las fuerzas para seguir adelante. No fueron días fáciles, hubo que retrasar los billetes porque iban surgiendo problemas continuamente. Peleamos mucho porque esos dos contenedores llegasen a los misioneros, llegasen a cada una de las personas que lo necesitan, sin que los funcionarios de aduana se quedasen nada. Muchas llamadas, reuniones, escritos, etc., pero, finalmente y gracias a Dios, el 1 de junio dieron la gran noticia: ¡LOS CONTENEDORES CON CARGA ÍNTEGRA SALEN DE LA ADUANA!
Por fin, muchas lágrimas, sonrisas contenidas después de mucho tiempo en vilo. Pero todo, ha merecido la pena. Porque ahora podemos ver cómo los niños reciben sus juguetes con una gran sonrisa, o muchas personas mayores pueden ahora ponerse un pañal después de tanto tiempo. O como niños con familiares en la cárcel, vuelven a tener la oportunidad de formarse en una escuela que se quedó sin material escolar. Familias que ahora tienen una sartén en la que cocinar, o cubiertos para comer. O una niña que perdió las piernas en el terremoto, y llevaba más de un año sin salir, ahora tiene una silla de ruedas y emocionada por fin, puede salir a la calle. Estos contenedores iban cargados con más cosas que material, iban cargados de mucha esperanza, de un poco de optimismo para afrontar un presente, con esa pequeña certeza de que podrán salir adelante. En nombre de los misioneros, Pedro Jesús Arenas da las gracias: “un gracias muy grande por todo el esfuerzo que se ha realizado en Albacete. Es impresionante la ayuda recibida”. Destaca la unión entre los misioneros, para repartir la ayuda entre la gente más necesitada, “no se da la ayuda a tutiplén, la Iglesia lo bueno que tenemos es que conocemos mucho y muy bien a nuestra gente, y vamos directamente a la gente que realmente lo necesita y dando exactamente lo que necesita”. Decía Pedro Jesús, cuando le preguntaban en la radio el otro día que si lo recibido es suficiente, decía que no, pero sí. Si es suficiente para demostrar lo grandes que somos, cómo la fe nos puede unir, para demostrarnos que así unidos y con predisposición, podemos cambiar el mundo”.
A todo Albacete, a toda la Diócesis, a todos y cada una de las personas que han puesto su granito de arena en el proyecto: ¡¡GRACIAS!! Que la ayuda ha llegado. La Iglesia, los misioneros, esas manos del Señor, son una garantía de ello.