24 de febrero de 2013

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Un grupo de jóvenes y sacerdotes de varias parroquias de Albacete ha viajado a Roma para acompañar al Santo Padre Benedicto XVI, en el rezo de su último Ángelus como Papa, en la Plaza de San Pedro.

José Joaquín Martínez Ramón, cura párroco de Nuestra Señora de las Angustias de Albacete que estaba también en este grupo, ha comentado que “ha sido muy emocionante para todos nosotros acompañar al Papa en este momento tan importante y especial para él, participando de este espíritu de agradecimiento a Benedicto XVI por su magisterio y su vida”.

En un ambiente multitudinario de agradecimiento, de fiesta y alegría, este grupo de albaceteños ha podido ver al Santo Padre tranquilo y emocionado a la vez. “La Plaza de San Pedro estaba muy, muy llena. Y cuando se ha puesto a hablar en español, todo el mundo ha cantado, ha gritado, ha aplaudido. También cuando ha saludado en todos los idiomas. El Papa estaba también muy agradecido por tantas muestras de cercanía que está teniendo en estos días, especialmente duros para él, y así lo ha expresado”, nos cuenta José Joaquín Martínez.

El Santo Padre se ha referido en su último Ángelus al Evangelio de este domingo, de la transfiguración del Señor, “y nos ha invitado a subir al monte Tabor para dejarnos encontrar por Él, y también ha sido una llamada del Papa a bajar después a la realidad de todos los días, para llevar a todo el mundo la Buena Noticia, y la paz y la luz, del encuentro con el Señor”.

“El Papa –añade José Joaquín Martínez-, ha repetido en varios idiomas, que para él éste era un momento muy especial, por su decisión de renuncia como Papa, y que sentía el calor y la oración de mucha, mucha gente. Nos ha dicho que se retira a la oración, a la meditación, pero que no se retira de la Iglesia, que seguirá rezando por nosotros, y que desde el retiro seguirá estando cerca de todos”.

El cura párroco de Nuestra Señora de Las Angustias ha señalado que “ha sido bonito acompañar al Papa en esta decisión, histórica, por otra parte, y poder vivirlo aquí en Roma, en un ambiente de mucha alegría, y además, muy cerca de unos mexicanos, que han estado cantando todo el tiempo, hasta que el Papa se asomó por la ventana”.