25 de mayo de 2006

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Estamos en la última semana del curso dedicado a la Virgen de los Llanos en la conmemoración del 50 Aniversario de su Coronación.

Desde el Calendario Diocesano (cuya portada es la imagen de la Virgen y la contraportada el himno), hasta las visitas de su imagen por las parroquias se ha dedicado el trabajo diocesano a la Madre. Ha sido como un gran brindis de las delegaciones, movimientos, parroquias y todo el pueblo de Albacete por Ella. Todo nuestro trabajo para Ella y por Ella con el anhelo de renovar el cariño que Albacete le sigue enviando. Estamos seguros que también está sirviendo para que muchos niños y jóvenes la empiecen a tener presente en su vida de una manera más vinculante.

Para los cristianos la presencia y experiencia de la Virgen María en nuestra vida es determinante. Dejarse ayudar por Ella es sentirse confortado en los momentos difíciles y es motivo de mayor felicidad en los acontecimientos alegres o en los instantes humildes de cada jornada.

Nos queda el final: Las actividades de esta semana, especialmente el sábado, día 27 a las 17h. en el parque Abelardo Sánchez y el domingo, día 28 a las 11h. también en el parque. El sábado es la Ofrenda Floral y el domingo es el día esperado al que apuntaban todos los actos y celebraciones del curso en nuestra diócesis: el día del 50 aniversario de su coronación. Para celebrarlo asistirá el Nuncio de su Santidad que presidirá la Misa Pontifical (en el Parque) concelebrada por algunos obispos y la mayoría de los sacerdotes de la Diócesis.

Habrá unas 20.000 sillas. Algunas estarán reservadas a Consejos de pastoral de las parroquias, a niños que han recibido este curso la Primera Comunión, Autoridades religiosas y civiles, etc. Pero la mayoría estarán disponibles para quien las quiera ocupar y participar de esta celebración de todo Albacete. Después de la Misa Pontifical, todos acompañaremos a la imagen de la Virgen hasta la catedral. Ha sido un año en el que todos los que vivimos en Albacete hemos sentido el poder de convocatoria que tiene esa pequeña imagen que nos hace presente a la Virgen María. ¡Cuántas personas se han congregado cada día por las parroquias por donde ha ido pasando!: niños, familias enteras, enfermos, inmigrantes, etc. Y DESPUÉS… ¿QUÉ?

Después a seguir nuestra vida normal y corriente con nuevos bríos. Después sentir la presencia de Nuestra Madre en el corazón rebosando de agradecimiento y de fe. Conozco un musulmán que intenta vivir su fe lo mejor que puede, está enfermo; cuando fue a pedir trabajo a la bolsa de trabajo de la parroquia abrió su pequeña billetera para enseñar su tarjeta de identidad y se le cayó una estampa de la Virgen de los Llanos. La recogió del suelo y la besó.

Después la volvió a incorporar a su cartera. Me contó que le ayudaba y que, desde que la llevaba cerca de su pecho las cosas le iban mejor. Sé que esto no es importante ni va a pasar a los anales de nada pero la gente sencilla con llevar la estampa o el escapulario se sienten mejor; es su manera de demostrar la protección de la Virgen. La misma fe nos lleva a todos a vivir en la certeza y en la confianza de que Ella nos acompaña en todo, Ella es la que nos lleva en su pecho a nosotros, como la madre que lleva y conserva en su amor esa foto de sus hijos. Sabemos que somos más que una foto para Ella.

Como dice el Himno: “…en el pecho el amor”; sabemos que es el amor de Dios por nosotros, sus hijos. Por eso, después de la celebración, nos quedará esa brisa suave del Espíritu y dejará en todos los que buscan a Dios, la paz que sólo El nos puede dar y el eco de las palabras de la Virgen como un imperativo de amor…”HACED LO QUE ÉL OS DIGA”.

¡Viva la Virgen de los Llanos!