12 de diciembre de 2013
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“Se nos tiene que abrir el corazón como condición indispensable para acabar con el hambre en el mundo y las causas que lo producen, porque la lógica del mercado no lo va a hacer”, nos dijo el obispo Ciriaco Benavente, en el acto celebrado en la Parroquia de San José el día 10 de diciembre, con el que la Diócesis de Albacete se unía a la ola mundial de oración en todas las comunidades cristianas, en la apertura de la Campaña Internacional contra el Hambre en el Mundo, “Una sola familia humana, alimentos para todos”, que promueve Cáritas Internacional.
El obispo apela a la necesidad de que oremos: “Que nos volvamos a Dios y le pidamos que nos abra el corazón, para poder fijarnos en las personas, saber mirarlas y descubrir en cada una de ellas a nuestro hermano”, porque “si el Señor no construye la casa, en vano se cansan los albañiles”.
“Estamos en campaña. Abramos nuestro corazón a los demás y abramos también el corazón de las personas que tenemos a nuestro alrededor, siendo realmente hombres y mujeres con capacidad de compartir. Estaremos viviendo entonces el verdadero sentido de la Navidad: que Dios nos envió a su Hijo a compartir su propia carne y sangre y a enseñarnos la ley del Amor”.