26 de junio de 2007
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[fusion_dropcap color="var(--awb-color2)" class="fusion-content-tb-dropcap"]H[/fusion_dropcap]e recopilado en otras ocasiones algunos datos generales de los trabajos de la Iglesia en todos los campos, sobre todo los educativos, formativos, y asistenciales a través de sus instituciones, asociaciones, órdenes religiosas, masculinas y femeninas, misiones, Cáritas, Manos Unidas etc… que cuantificado llegaba a ahorrar al Estado unos TREINTA Y CUATRO MIL MILLONES DE EUROS, llevando a cabo una serie de acciones que en una justa sociedad son obligaciones suyas, y que la Iglesia, ante una carencia, lo hace solamente guiada por el mandamiento del Amor.
Además de esos campos quiero recordar hoy otro muy importante: las Universidades de la Iglesia y otros centros de formación, sí, en los que se forman cada año miles de jóvenes, saliendo de ellas con una gran preparación para enfrentarse al mundo laboral, y sobre todo a todas las misiones que hayan de desarrollar en sus vidas (trabajo, política, enseñanza, familia etc…). Esta formación, como es lógico, la hacen apoyándose en el ideario católico, es decir con arreglo a la doctrina y moral de la Iglesia católica, con el solo fin de alcanzar el desarrollo integral de estos alumnos.
No es nuevo esto de las Universidades creadas y mantenidas por la Iglesia, cuando estas comienzan alrededor de 1150 en el Renacimiento, nacen en Francia e Italia, dedicadas al estudio de la medicina, la teología y el derecho, estudiándose también las asignaturas, de gramática, retórica, lógica, aritmética, geometría, música y astronomía principalmente, que ya se estudiaban en las escuelas palatinas y en las episcopales, cuyos responsables eran el Papado y los Obispos. Con el correr de los años comienza a estudiarse también la Filosofía.. Entre los años 1.200 a 1400 , se fundaron en Europa, 52 Universidades y 29 de ellas promovidas por la Iglesia (el Papado). El resto lo fueron en su mayoría por los Reyes.
Hablar hoy de formación cristiana para los jóvenes, parece un poco raro, leía hace unos días un periódico nacional que daba a conocer una encuesta cuyo resultado era que a los jóvenes no les interesa ni la religión ni la política. Yo creo que no se puede hacer esta afirmación cuando en las Universidades de la Iglesia, hace un os días lo he vivido en unas sobrinas mías en la de Navarra, donde para poder comenzar sus estudios de medicina el curso próximo, ha habido 1.400 alumnos examinándose para solo 180 plazas, y no solo se les exige una nota alta de media de selectividad y bachillerato, sino un examen, y una conversación con ellas y sus padres.
Y no sólo Navarra, porque ahí están las de Ramon Llull en Barcelona, San Pablo CEU en Madrid, CEU Valencia, Pontificia de Comillas, Deusto en Bilbao, propiedad de la Compañía de Jesús, Pontificia de Salamanca, Ramon Llul, San Jorge, y Abad Oliba Ceu en Barcelona, Católica de Ávila, Católica de Valencia, San Antonio en Murcia, Fernando III de Sevilla, ICADE en Madrid de a Compañía de Jesús etc…, sin olvidar las Facultades católicas incorporadas en otras Universidades. Pasando por todas ellas cientos de miles de alumnos todos los años.
Si la formación de nuestros hijos depende de lo que viven en la familia, el centro donde se estudia, y el ambiente que les rodea, está bien claro que tanto padres como hijos desean una buena formación integral, para su caminar por la vida, y esta con la base cultural, científica y religiosa, apoyada en los valores y virtudes cristianos, es el interés máximo de estas Universidades, que hace que unido al esfuerzo que se les exige al alumno, sean hombres y mujeres del mañana, responsables y buenos. Y ya si queremos mostrar mas preocupación por nuestra cultura, y cuanto encierran pensemos en la riqueza que guardan nuestros Monasterios españoles, cuna de cultura y civilizaciones, donde se encuentran verdaderos tesoros de la misma, en edificios, que la mayoría, están siendo declarados “Patrimonio Cultural de la Humanidad” y en los libros y legajos guardados con todo esmero, fruto del trabajo de sus monjes, su meditación y espiritualidad.
Tampoco quisiera olvidarme hoy de la gran familia salesiana, los marianistas y los jesuitas con sus escuelas de formación profesional -otra gran obra social y formativa de la Iglesia- creadas en toda la geografía española.
Por cuanto les decía en mi artículo anterior, sumándole la información de hoy, y cuanto se ve y no se ve, tal vez porque no queremos verlo, me atrevo a pedirles de nuevo pongan la cruz al hacer la declaración sobre la Renta en la casilla de la Iglesia. No hay inversión mejor administrada, ni que de tanto fruto en beneficio de la sociedad como la que hace la iglesia con lo que recibe.