31 de marzo de 2013
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En esta Pascua de 2013 va a culminar la primera experiencia de catecumenado organizada desde la Diócesis de Albacete, como proceso de acompañamiento y formación para personas ya adultas que, no estando bautizadas, solicitan recibir los sacramentos de Iniciación Cristiana (Bautismo, Confirmación y Eucaristía), y ser incorporadas a la vida cristiana, en su deseo de acercarse más a Dios y compartir nuestra fe.
José Antonio Pérez Romero, delegado de Catequesis de la Diócesis, nos informa que “si bien estos casos se venían atendiendo de manera puntual en las parroquias, desde hace algo más de año y medio nos planteamos esta posibilidad de poner en marcha el catecumenado como proceso organizado desde la Diócesis, porque, sin ser muchas más, si es verdad que estamos empezando a recibir con más frecuencia a personas no bautizadas que piden ser cristianas”.
Julio Mendes, con 37 años de edad, de Guinea-Bissau, y Gabriela Cartagena Miyata, con 41 años, natural de Bolivia, concluyen en este tiempo de Pascua de Resurrección esta primera experiencia de catecumenado, que fue iniciada en el Adviento del año 2011, y lo harán recibiendo los sacramentos de Iniciación Cristiana.
Entre las motivaciones que les han llevado a abrazar nuestra fe, es de destacar que tanto Julio como Gabriela han querido seguir el ejemplo de vida cristiana de dos personas muy cercanas a ellos aquí en Albacete. Julio, de su amigo Ignacio, y Gabriela, de una persona mayor a la que está cuidando, y que ahora es su madrina.
Julio está siendo acompañado como catecúmeno por el sacerdote y catequistas de la Parroquia de San José, y Gabriela, igualmente, en la Parroquia de Nuestra Señora de Las Angustias, de Albacete. Este proceso consta de varias etapas. Primero, empezaron con el precatecumenado, de encuentro y diálogo con otros cristianos, en torno a lo que sienten y les mueve para conocer más a Dios. Es entonces cuando recibieron el primer anuncio de nuestra fe: Jesucristo nuestro Señor, te ofrece la salvación.
A continuación, participaron en dos celebraciones junto con sus padrinos en el catecumenado, que fueron presididas por nuestro obispo, D. Ciriaco Benavente Mateos, en el Convento de las Carmelitas, con la asistencia de los sacerdotes de las parroquias que los acogen, los catequistas y otras personas:
En primer lugar, en el Rito de ingreso, ante la puerta del convento como puerta de la comunidad, donde se les hizo la señal de la Cruz y seguidamente, pasaron al templo. A partir de ese momento es cuando se inicia el catecumenado propiamente dicho, y los catecúmenos empiezan a formar parte de la Iglesia, aunque no hayan recibido los sacramentos. En segundo lugar, participaron es el Rito de elección, en el que son elegidos o admitidos para recibir los sacramentos, y sus nombres son inscritos en un libro.
Otro rito que también han celebrado Julio y Gabriela es el de entrega del Credo y del Padre Nuestro, como entrega simbólica de la fe de la Iglesia, en sus comunidades parroquiales. El catecumenado termina con la mistagogia: recepción de los sacramentos en la Vigilia Pascual, que en este caso se hará en un domingo dentro de este tiempo de Pascua.
“Somos testimonio y testigos de una noticia de salvación”
Entre estas celebraciones, se imparten las sesiones del catecumenado o catequesis sobre los contenidos más esenciales de la fe. Esperanza Rodríguez Cuesta es una de las catequistas de Julio. Asegura que esta experiencia “me está haciendo ver la responsabilidad que tenemos los cristianos, de que somos testimonio y testigos de una noticia de salvación”.
Ubaldo Alfaro García y Susana Sánchez Muñoz son un matrimonio de la Parroquia de Nuestra Señora de Las Angustias, y son los catequistas que están acompañando a Gabriela. Ubaldo nos cuenta que “es muy emocionante que alguien se acerque a pedir el Bautismo, y ver que siente nuestra fe como una respuesta para su vida”. Susana anima a la participación en nuestra fe “que tantas cosas buenas nos da, en el seguimiento de Jesucristo que busca la felicidad del hombre: la relación con Dios Padre que te conoce y te quiere como eres, un Dios que es todo perdón, todo amor… es la Buena Noticia que hemos de dar a todos”.
Por su parte, Julio Mendes afirma que quiere ser cristiano “por tener más amor y más esperanza, y sentir que Dios cuenta conmigo, a la vez que yo cuento con Él”.