28 de diciembre de 2006

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La semana pasada acudí a una manifestación organizada en muchas capitales de España por jóvenes que querían exigir una vivienda digna. Por desgracia aquí en Albacete acudimos solamente cerca de un centenar de personas. Las conversaciones más comunes hacían referencia a los numerosos tours realizados por las inmobiliarias de la ciudad buscando un milagro pero que acababan en honda decepción. Además, me encontré con un conocido que había acudido solo y me contó su historia personal que me pareció muy interesante, sin menospreciar los problemas de los demás asistentes.

Y, como creo que no tiene desperdicio le pedí permiso para narrarla en este espacio. Resulta que este amigo mantiene una relación con su pareja desde hace cuatro años y ambos trabajan desde hace dos. Siempre han pensado que el matrimonio es un paso que exige una gran responsabilidad y por tanto lo han estado posponiendo hasta que tengan un empleo más consolidado y ahorros importantes para la entrada de un piso. Sin embargo, últimamente han visto que lo que son capaces de ahorrar es una cantidad mínima comparada con las subidas de los precios de los pisos.

Un día, su novia comenzó a lanzarle indirectas que más tarde se convirtieron en ultimátum: la única manera de conseguir un piso sería comprarlo juntos y cuanto antes. Sus padres no admitían que vivieran juntos sin estar casados, así que debían casarse y destinar un sueldo para la hipoteca del piso. Después de muchas discusiones, su relación ahora está en suspenso. Él sabe que quiere continuar su relación con ella, pero no quiere precipitarse al matrimonio. Y, ante todo, no quiere que el motivo por el que se casen sea alcanzar la oportunidad de conseguir una vivienda.

Si decidir casarse requiere una cabeza despejada, con esta nueva situación se encuentra muy lejos de poder decidir…

Al finalizar la manifestación nos despedimos y le pedí el teléfono porque dentro de un tiempo me gustaría quedar con él y preguntarle si ya tiene esposa y casa, ninguna de las dos o quizás sólo una hipoteca…