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4 de enero de 2013

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Este próximo 6 de enero, la Iglesia española celebra la Campaña de Epifanía o Día de los Catequistas Nativos, promovida por el Instituto Español de Misiones Extranjeras (IEME). El lema de esta campaña es “Misioneros, portadores de fe y esperanza”, en consonancia con el utilizado en el Día del DOMUND 2012, “Misioneros de la fe”.

El día 6 de enero se celebraba hace décadas la “colecta contra la esclavitud”. En junio de 1957 la Conferencia de Metropolitanos Españoles acordó celebrar en esa fecha el “Día anual del Seminario Nacional de Misiones”, que tenía su sede en Burgos. Y el 30 de abril de 1958, la Congregación para la Evangelización de los Pueblos encargaba al IEME organizar la colecta pontificia del 6 de enero que se orienta a los catequistas nativos. Además, concedía al IEME poder beneficiarse de la mitad de lo recaudado, para sus necesidades. Así se hizo saber también a los obispos españoles por carta del 21 de noviembre de 1958. La parte de la colecta correspondiente a los catequistas se entrega a la Congregación para la Evangelización de los Pueblos, que mantiene en Roma un Instituto para la Formación de Catequistas. En él se forman catequistas de distintos continentes, que luego contribuirán a la formación de sus hermanos catequistas en sus países de origen.

Esta Campaña de Epifanía es, por lo mismo, una Campaña pontificia, en lo que se refiere a los Catequistas nativos; y es, a la vez, Campaña de la Conferencia Episcopal Española, respecto al IEME.

Desde el Instituto Español de Misiones Extranjeras, cauce de compromiso misionero para muchos sacerdotes diocesanos, expresan “su profunda gratitud a todas las personas que hacen suya esta campaña, siguiendo el sentir de la Iglesia. Agradecemos su oración y sacrificios por los misioneros. También es importante el apoyo económico que nos brindan. Entendemos que son fechas en que las economías familiares se resienten por ‘la cuesta de enero’ y, peor todavía, cuando estamos en tiempos de crisis y recesión económica. Precisamente por eso, entendemos mejor el sacrificio que hacen, y lo agradecemos doblemente. La solidaridad cristiana se agiganta cuando la dificultad recrudece”.