5493

5493

23 de noviembre de 2008

|

122

Visitas: 122

Bajo el lema «NO TENER HOGAR SIGNIFICA MUCHO MÁS QUE ESTAR SIN TECHO»,  se celebra el del Día de los Sin Techo 2008, una jornada convocada por Cáritas Española, FACIAM (Federación de Asociaciones de Centros para Integración y Ayuda a Marginados) y FEANTSA España (Federación Europea de Asociaciones Nacionales que trabajan con personas sin hogar) para llamar la atención sobre el profundo valor humanizador del hogar como espacio de crecimiento y de autonomía personal insustituible para todos los ciudadanos, pero del que no pueden disfrutar las personas que viven en la calle.

Al mismo tiempo, en el Día de los Sin Techo 2008, estas tres organizaciones denuncian el muchas veces imposible acceso al derecho social de una vivienda digna y adecuada, que afecta con especial dramatismo a las personas sin hogar. Como recuerdan estas organizaciones, la vivienda «es el primer paso para construir un hogar, para tejer vínculos y redes que están aliado de cada ser humano, para caminar en la recuperación de la identidad». En nuestro país, se calcula que casi 1.500.000 familias viven en infraviviendas, mientras que diversos estudios de organizaciones e instituciones que trabajan con personas sin techo, entre las que se incluye Cáritas, estiman que en España hay más de 30.000 personas sin hogar.

¿Quiénes son?
Según los datos recogidos en los materiales editados con motivo del Día de los Sin Techo, el 82,7% de las personas sin hogar son varones, su edad media es de unos 38 años y sus ingresos medios son de 302 euros al mes. Casi el 30% está formado por el grupo de edad de entre 18 y 29 años. Un tercio de las personas sin hogar son abstemias y nunca han consumido drogas, y la mitad de la población sin hogar busca trabajo. El 51,8% son españoles y el 48,2% son extranjeros. El 27,3% de los sin hogar tiene como principal fuente de ingresos su propia actividad: trabajo, venta de objetos, servicios… El 13% ha recibido educación superior y el 63,9% ha terminado la educación secundaria.

El problema de las personas sin techo es un fenómeno complejo y cambiante. Sus causas son múltiples y tiene sus raíces en situaciones diversas, como casos de desahucio, de realojo, jóvenes que abandonan centros de acogida o el hogar familiar sin los recursos adecuados, personas que salen de prisión o que pierden el contacto con distintas formas de asistencia social (hospitales psiquiátricos, por ejemplo). Aunque hay circunstancias derivadas de rupturas de proyectos familiares, o dificultades y abandonos del empleo que pueden llevar al sinhogarismo.

El valor del hogar
«Más allá de las definiciones económicas y sociales utilizadas por los organismos públicos internacionales y nacionales, hogar tiene un significado mucho más profundo», recuerda Cáritas, en esta edición del Día de los Sin Techo. El hogar es «donde tengo mi espacio, mi intimidad, donde nadie puede entrar arbitrariamente». Disponer de un hogar significa, además, «que me puedo trasladar de lugar sin renunciar a mi identidad», un sitio «conformado por mis bienes, sean muchos o pocos, o casi no sean nada, por mis sueños, mis proyectos, por lo compartido o el recuerdo de lo que compartí». Tener un hogar supone hablar de «mi barrio, de mis vecinos, de los amigos», de un lugar donde «compartir, donde dar y recibir». Un entorno de humanización y desarrollo personal que se niega a los sin techo.

El problema de la vivienda
Cáritas recuerda que en la actualidad prácticamente no existen políticas de vivienda para personas sin hogar, y el acceso a las de protección pública se hace prácticamente inalcanzable al exigirse requisitos legales como ingresos mínimos o empadronamiento.

Para ello, ante el Día de los Sin Techo, desde estas entidades se reclaman políticas públicas y actitudes de acogida de toda la sociedad y de cada ciudadano «para que los derechos sociales que todo ser humano tiene, encuentren su cauce jurídico, social, personal y comunitario en la creación o reconstrucción del ser-tener hogar».

En concreto, a las Administraciones públicas se les exigen medidas fiscales que favorezcan el alquiler y programas de rehabilitación de viviendas que impulsen una política habitacional claramente dirigida a la creación de vivienda social y orientada a la inclusión de los colectivos y grupos más vulnerables, especialmente de las personas sin hogar. Asimismo, se propone «la eliminación de algunas ordenanzas de las corporaciones locales que no responden al espíritu de regular el uso del espacio público y de las actuaciones policiales en centros de personas sin hogar para solicitar documentación o listados de usuarios», en contra del mandato constitucional de la inviolabilidad del domicilio, ya se trate de una casa, un banco o un cartón.

Cáritas llama también la atención sobre la necesidad de coordinación entre los servicios sociales autonómicos y locales en lo que atañe a la atención y seguimiento de personas sin hogar, sobre todo en lo que se refiere a los temas de salud. Esta misma coordinación es necesaria entre los servicios sociales y los de vivienda.

Llamamiento a compartir los bienes
Las organizaciones convocantes del Día de los Sin Techo lanzan también un llamamiento a toda la sociedad para que «se abra a compartir sus bienes» y a la «participación en planes de fomento del alquiler y a la inclusión de las personas sin hogar en las redes sociales del barrio». Ya todos los ciudadanos nos instan a «no dejarnos llevar por estereotipos que reducen nuestra mirada sólo a lo que queremos ver» y a «aportar en nuestras comunidades parroquiales, educativas, vecinales, culturales, sociales o recreativas una verdadera capacidad de acogida y de acercamiento a los que están en situaciones más vulnerables».