25 de marzo de 2010
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Dentro de las acciones que lleva hacia delante «la pastoral de la tierra» en el vicariato del Petén existe con diferentes variantes la acción que conocida con el nombre de «pase de cadena»; una acción muy interesante, efectiva y que podríamos denominar es una especie de microcréditos rurales; por ejemplo a una familia se le dan seis gallinas y pasado un tiempo y cuando estas ya han criado, da otras seis a otra familia; en la acción formativa del pasado 18 de Enero, en la aldela del Ocote, se trabajó esta vez el «pase de cadena» con injertos en árboles frutales, lo cual en este lugar ya es todo un avance: dicha acción diversifica la producción -de un mismo árbol -o palo como dicen acá- se pueden obtener frutos distintos- e incluso a una escala mayor permite una rudimentaria comercialización.
Pasado un tiempo uno deberá dar un determinado número de arbolitos injertados a otra familia. La acción fue un éxito. Primero vino la teoria y luego -como se puede apreciar- la práctica, una técnica en apariencia sencilla -se hace un corte en forma de «t» invertida en el tronco y allí desinfectada previamente con sábila -una especie de ágave- se introduce la yema, para después sellarse durante diez días con un plástico-.
Había bastante gente, pero el momento más emotivo fue cuando los jóvenes y niños -se cortaron las clases de la escuela- comenzaron a hacer lo mismo, antes habían escuchado la charla en un silencio sepulcral y después con sólo una explicación, todo el mundo comenzó a hacer injertos. Las fotos que adjuntamos por tanto no son sólo una posible portada de libro, hablan por sí mismas de la realidad de un trabajo formativo que parte como se ve, desde «la base».