21 de marzo de 2021

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Hoy es el Día del Seminario con el lema “Padre y hermano, como san José” y queremos acercarnos a la vida de nuestros seminaristas. En esta ocasión, hablamos con Saúl Muñoz González, natural de Riópar. Tiene 23 años, está en el último curso de estudios en el Seminario. 

Hoy es el Día del Seminario y de los seminaristas, ¿qué es esto de seminarista y vocación?

Pues el seminarista, es aquella persona que se preara para ser sacerdote, es decir que responde a una vocación. Y vocación, significa llamada, es decir, es una llamada que Dios hace a cada persona para ser santa. Pero a unas personas la llama al matrimonio cristiano, a otras las llama a la vida religiosa y a otros los llama a la vida sacerdotal, como es mi caso.

Y, ¿podrías contar tu vocación, para que la gente la conozca?

Yo soy de un pequeño pueblo de la Sierra, Riópar. Allí, como todos los chicos de mi edad, iba a catequesis y con siete años comencé a ser monaguillo en la parroquia. He de decir que, aunque me llamaba la atención la labor del sacerdote, nunca me había planteado serlo, pero un día con doce años, para la fiesta de San José, como sabéis alrededor de ella se celebra el Día del Seminario, me encontré a la salida de la parroquia un tríptico del Seminario de Albacete y había una imagen que me llamó mucho la atención, pues había un hombre “postrado en el suelo”. Éste es uno de los ritos de la ordenación sacerdotal y se me quedó grabado de tal forma que empecé a preguntarme: ¿por qué no ser yo también sacerdote?
Tras varios días pensándolo, se lo comenté tanto a mis padres como al cura de mi parroquia quienes de dieron su apoyo desde el primer momento. Desde ese día me fui vinculando más en la parroquia, asistiendo más a misa y hablando con varios sacerdotes y seminaristas que conocía.
Así pasaron los años, pensando, dándole vueltas aquel deseo y pensamiento, aquella llamada por medio de una estampa. Fue así que 13 de septiembre del año 2015 comencé mi etapa de formación en el Seminario y tras estos seis años puede decir que estoy feliz y contento. Me siento como cada día voy respondiendo a la llamada que Dios me ha hecho.

Y, ¿cómo es la vida en el Seminario? 

La vida del Seminario gira en torno a tres pilares fundamentales: oración, estudio y convivencia o comunidad.
Comenzamos el día muy temprano, con la celebración de la Eucaristía que es el centro de nuestra jornada, después como en cualquier centro de estudios asistimos a clase. Ya por la tarde, tenemos tiempo de estudio, así como tiempo libre para poder ir a hacer deporte o a pasear, así como también tenemos ratos de convivencia con nuestros compañeros, cosa muy importante en nuestro camino vocacional.

En esta pandemia del Covid19, ¿cómo ha afectado la pandemia a vuestra vocación o caminar en el Seminario?

Yo creo que como todos. Hemos podido vivir momentos en que la esperanza pueden tambalearse o incluso decaer, debido al sufrimiento que ves a tu alrededor o que experimentas personalmente. Pero, en mi caso, la vocación se ha afianzado más si cabe, ya que he tenido la certeza de que Dios nunca nos deja solos. Para mí ha sido un ejemplo ver tantos sacerdotes que, en este tiempo, han estado al pie del cañón llevando palabras de esperanzas a tantas personas, acompañando a los fallecidos, familiares y enfermos… En definitiva, sirviendo a Dios y a los hombres.

Sois tres seminaristas en Albacete en la actualidad. Seguro que este número podría aumentar. ¿Qué le dirías a un joven que se está planteando la vocación sacerdotal?

Le diría que no tuviera miedo. Parece un tópico, pero es así: vencer miedos, como hizo San José. En la actualidad es complicado responder a la llamada del Señor pues estamos muy metidos en nuestras cosas y no tenemos tiempo de escuchar la voz de Dios. Pero Él, siempre está ahí y sigue llamando. Solo tenemos que estar atentos para escucharle.

Agradecidos de tu compartir, ¿deseas añadir algo más?

Daros las gracias por acompañarnos y estar cerca. Por último, os pediría que rezarais por los seminaristas de nuestra Diócesis de Albacete, tanto por los que estamos como por los que seguro vendrán.