6 de febrero de 2022

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Fray Francisco Miguel Antequera, ofm, es de un pueblo de Sevilla y va camino de los 50 años. Desde hace algo más de 23 años, trata de ser fiel al carisma de Francisco de Asís. Lleva 3 años en Albacete sirviendo en la parroquia San Francisco de Asís, en la misma parroquia en la que recibió el Sacramento del Sacerdocio. También es el presidente de Confer Albacete y como esta semana se ha celebrado la Jornada de la Vida Consagrada hablamos hoy con él

– Hace unos meses asumía la presidencia de CONFER Albacete. ¿Qué peso tiene CONFER dentro de las distintas congregaciones, que ya de por sí son autónomas? 

El fin de la CONFER, es animar, servir y promover la vida religiosa tanto a nivel nacional, como regional, y también a nivel diocesano, procurando unificar esfuerzos de quienes forman parte de la gran familia que es la Vida Consagrada, sirviendo de coordinación y cooperando con los Obispos en las cuestiones de interés común, para mayor servicio a la Iglesia.

 -El papa Francisco no esconde su preocupación y también su impulso a la vida religiosa. ¿Es para usted un acicate este apoyo?

Por supuesto que sí… pero no sólo porque lo haga o lo diga el Papa, sino porque se está viendo que, sin la Vida Religiosa, la Iglesia no podría llegar a todos los lugares en donde se encuentra. Hace un año tuve la suerte de viajar a la selva amazónica de Perú, al vicariato de Requena, a un pueblecito costero del río Ucayali, Orellana. Aquella iglesia, y no me refiero al templo, se sustenta gracias a una comunidad de religiosas, las Franciscanas Misioneras de la Natividad de Nuestra Señora (Darderas), que mantienen viva la fe de muchos cristianos, así como la asistencia a muchísimos ancianos que han sido abandonados por sus familias.

– ¿Qué aporta CONFER y los religiosos a la acción pastoral y social de la Diócesis? 
Entre otras acciones, aporta un espíritu de comunión entre los distintos Institutos que conforman la Vida Consagrada, y de éstos con el Obispo. La CONFER procura el mutuo conocimiento, dar a conocer la naturaleza de la vida consagrada, fomentar procesos de formación permanente, fomentar la relación con los laicos, apoyar iniciativas conjuntas en los diversos campos del apostolado, representar los intereses comunes ante las autoridades eclesiásticas y civiles. Y por mencionar algunas acciones pastorales, aunque la mayoría son conocidas por los vecinos de Albacete, la vida religiosa está presente en lugares como el comedor social del Sagrado Corazón “Cotolengo”, la visita a las personas privadas de libertad, enfermos ingresados en distintos hospitales y clínicas, en la educación, en la atención pastoral en algunas parroquias y un largo etcétera que la Vida Consagrada realiza sin anunciarlo, sin buscar el reconocimiento, tan sólo por amor a Dios.

-Existe un evidente descenso de las vocaciones, especialmente para el sacerdocio y la vida consagrada. ¿Cómo se asume este reto en CONFER?
Pues como en el resto de la Iglesia, con preocupación. Pero también con humildad y como parte de un proceso de discernimiento que ya se está haciendo. Aunque está crisis no es algo que afecte sólo al sacerdocio y a la vida religiosa, también está afectando a las familias. Hoy, en nuestros templos, es difícil ver una “familia como las de antes”.

– ¿Qué otros retos tendrá que asumir en los próximos años como presidente de CONFER? 
La función del presidente es servir de coordinación entre los miembros de la Junta Directiva; animar y estar pendiente de que se lleven a cabo los acuerdos que la Junta vaya tomando a lo largo del curso; así como la representación ante las distintas instituciones.

 – ¿Cómo está viviendo la vida consagrada este proceso sinodal? ¿Qué crees que puede aportar? 

La Vida Consagrada está viviendo esta invitación del Papa con ilusión, con ganas, con responsabilidad, en definitiva, como un miembro más que compone esta hermosa familia que es la Iglesia. La Vida Religiosa puede y está aportando experiencia. Muchas de las órdenes, congregaciones e institutos que forman la CONFER, ya han tenido su propio “proceso sinodal” interno. Por lo que este “camino sinodal” no resulta algo desconocido o extraño.

– ¿Algo más que quiera añadir?
Destacar la idea de que la Vida Religiosa es un instrumento vivo que está al servicio del Reino de Dios y será lo que Dios quiera que sea…Que el Señor os conceda su Paz y Bien.