
«Sembradores de esperanza» en respuesta a la llamada de Dios

«Sembradores de esperanza» en respuesta a la llamada de Dios
18 de marzo de 2025
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El lema de este Año Jubilar, que el Papa convoca cada veinticinco años y que celebra toda la Iglesia, es “Peregrinos de esperanza”. La celebración del Día del Seminario, cercano a la solemnidad de san José, asume este lema y pregona que los sacerdotes debemos ser “sembradores de esperanza”.
Los cristianos hemos aprendido a poner nuestra esperanza en Dios, que siempre es capaz de sorprendernos y de cambiar esos pronósticos pesimistas que a veces aparecen en nuestro horizonte. Retomo uno de los temas de la Hoja Dominical de hace tres semanas: el Congreso Nacional de Vocaciones. Allí, la Iglesia en España nos animó a que nos hiciéramos, con intensidad y profundidad, la pregunta con la que encontramos definitivamente nuestra identidad: “¿para quién soy yo?”. La respuesta correcta y más satisfactoria es que soy para Dios, quien es capaz de colmar todos mis anhelos. Cuando finalmente me descubro llamado por Dios para ser suyo, entonces descubro que Dios me llama para ser de los demás con Él. Cuando todos hacemos ese descubrimiento, se crea la Comunión y se reaviva la esperanza del anuncio del Evangelio.
Solteros, casados, familias, célibes, consagrados, diáconos, sacerdotes, obispos: todos, en comunión, construyendo Iglesia y viviendo en la Iglesia. Y cuando todos vivimos con gozo la llamada a ser de Dios y para los demás, cada uno le pregunta a Dios en la oración cómo quiere Él concretar esa llamada en su vida. Una de esas respuestas es la vocación al sacerdocio ministerial. Cuando llegas al convencimiento cierto de ser llamado, vuelves a entregarle a Dios, ahora ya de una forma concreta, esa vida tuya que ya le habías entregado cuando supiste que eras para Él y para los demás.
Francisco Prados
Rector del Seminario