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5 de agosto de 2020

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[fusion_dropcap color="var(--awb-color2)" class="fusion-content-tb-dropcap"]E[/fusion_dropcap]l lunes día 3 de agosto, ante la puesta en libertad, entre otros, de Adama Kane, uno de los inmigrantes que había dado positivo como infectado del Covid 19 en el asentamiento de las carretera de las Peñas, después de que diera negativo durante su internamiento durante 16 días en el polideportivo del Tomás navarro Tomás, El Digital de Albacete se preguntaba y nos preguntaba: “¿Y ahora qué?” a propósito de la situación en la que se encontraba Adama. Le habían dicho ya estás curado, ya te puedes ir, y el preguntó: irme ¿a dónde? La respuesta fue: “nosotros no podemos hacer nada por ti”. El Digital decía: “Mientras pasan los días sin tomar una decisión sobre qué hacer con ellos, los inmigrantes confinados van abandonando las instalaciones en las que permanecían y muchos no tienen a dónde ir. La mayoría tienen que dormir en peores condiciones en las que estaban en el asentamiento, con lo que lejos de solucionarse el problema con su clausura, se podría aumentar exponencialmente en el momento en que todos los inmigrantes dejen de estar confinados”.

Hoy el Digital dice ante el motín del IFAB:

“El portavoz del Colectivo de Apoyo al Inmigrante (Acaim) en Albacete, Cheikhou (Seju) Cissé, explicaba que ‘los chicos están nerviosos porque no tienen información, llevan aquí ya dos semanas, muchos han dado negativo en las pruebas hasta tres veces y no entienden por qué no pueden ir a trabajar’; indicando además que ‘llevan dos semanas sin trabajar y sin dinero, y no saben dónde podrán ir al salir, ni cuándo podrán salir’ ”.

Me imagino que, como todos nosotros, pensarían que la cuarentena serían los 14 días de los que se viene hablando para todos desde hace tiempo, 14 días que se cumplían hoy, no se les deja salir, como dice Cheikhou les dicen que hasta tres veces han dado negativo en el test, se barruntan lo que les espera al salir en cuanto a la habitabilidad. Qué esperamos, ¿que se pongan a rezar?

Los niños pequeños cuando juegan con los mayores, a veces, se tapan la cara y dicen: “no toy” (no estoy), pero nosotros como sociedad no podemos decir “no tan”, con papeles o sin papeles “si tan”, y tenemos que afrontarlo, los ciudadanos como sociedad y nuestros dirigentes políticos como responsables de articular la convivencia de todos los que, de una manera u otra, “si tamos” en cualquier rincón de España.