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24 de septiembre de 2023

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Un ejemplo de comunidad intercultural es Villamalea, una localidad de la Manchuela albaceteña en la que conviven más de 30 nacionalidades distintas. Con el objetivo de dar respuesta a la situación de segregación en la convivencia en la que se encontraban muchos jóvenes y sus familias, Cáritas Diocesana de Albacete lleva a cabo allí, desde hace más de 2 años, un proyecto de Mediación Social e Intercultural. Lo hace de la mano de la concejalía de Servicios Sociales del Ayuntamiento de Villamalea, junto al equipo de Cáritas parroquial y Cáritas Joven, y con financiación de Fundación Globalcaja y de la Junta de Comunidades través del 0,7% del IRPF.

Para esta entidad, abordar la perspectiva de interculturalidad supone sobre todo hablar de igualdad de derechos, deberes y oportunidades, garantizar el acceso a servicios, potenciar espacios de participación y respetar que existen múltiples formas de mirar y sentir la realidad. Con su proyecto de Mediación Social e Intercultural, Cáritas está creando en Villamalea un espacio en el que conocerse y construir una nueva visión, más real, más constructiva que está creando puntos de encuentro y unión. En su intervención, Cáritas se basa en un modelo participativo en el que los y las jóvenes de la localidad, así como sus familias, son los protagonistas de su propio proceso de crecimiento, cambio y desarrollo personal. A lo largo del verano, este proyecto ha estado implicado en buena parte de las acciones que se han desarrollado, como han sido las fiestas de la localidad, actividades deportivas, jornadas de convivencia con otras entidades, espacios de debate y formación… De hecho, hace tan solo unas semanas concluía el curso de monitor de actividades de ocio y tiempo libre, organizado por Cáritas, homologada como Escuela de Animación, en el que 16 jóvenes han aprendido deporte inclusivo, primeros auxilios, formulación de proyectos, técnicas grupales para favorecer la creatividad… una ventana laboral, bajo una mirada educativa y de derechos y teniendo en cuenta los valores de Cáritas.

Este proyecto está impartiendo clases de castellano, talleres encaminados a mejorar la competencia social de los y las jóvenes y está favoreciendo la inclusión social de las familias, apostando por una parentalidad positiva y poniendo en marcha mecanismos encaminados a hacer frente a la trasmisión intergeneracional de la pobreza. Para Cáritas, este proyecto es una muestra de que juntos es posible apostar por un diálogo intercultural, donde poder crecer como Iglesia enriqueciéndonos mutuamente y una nueva oportunidad de responder al mandato evangélico: “En verdad os digo que cada vez que lo hicisteis con uno de estos, mis hermanos más pequeños, conmigo lo hicisteis” (Mt 25,40).