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5 de marzo de 2023

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D. Ciriaco Benavente, obispo emérito de Albacete, estuvo en Albacete para dar una charla con motivo del Cincuenta Aniversario de la creación de la Parroquia Ntra. Sra. Angustias y San Felipe Neri. Han pasado cuatro años desde que dejó Albacete para vivir en Plasencia. Reflexionamos sobre la vivencia actual de la Eucaristía en nuestras parroquias. 

·      El Obispo emérito de Albacete, Ciriaco Benavente, volvió a la capital albaceteña para dar una charla sobre la Eucaristía.

·      Sigue activo dando charlas y ejercicios espirituales por toda España.

·      “Es importante buscar salir del individualismo e intentar crear fraternidad. Nos necesitamos unos a otros”.

·      “Tenemos necesidad de juntarnos, de crecer y caminar juntos”.

Lo primero, ¿cómo se encuentra de vuelta en Albacete?

Bien, gracias a Dios. Contentísimo de estar en Albacete. Volver a encontrarme con tantos amigos. Y con un motivo de alegría, el cincuenta aniversario de la creación de la Parroquia tan querida de las Angustias.

Viene a dar una charla sobre la importancia de la Eucaristía en la vida de las parroquias

A veces andamos tan familiarizados con la Eucaristía que acabamos en la rutina, en la inercia. Tenemos que volver a descubrir el estupor y sentir el asombro ante esta realidad tan hermosa. El Papa San Juan Pablo II, en su Encíclica Ecclesia de Eucharistia, recordaba que es el centro de la vida de los cristianos. La Eucaristía hace la Iglesia y la Iglesia hace la Eucaristía. Nos alimentamos y nos fortalecemos en ella.

¿La pandemia ha dejado tocada la vivencia comunitaria de la Eucaristía?

Esto es algo que vemos en todos los sitios. Comunidades que estaban llenas ahora vemos como que ha pasado un tsunami. Este fenómeno parece que ha sido en todos los sitios. Tenemos que hacer una gran ofensiva en las parroquias para que la gente vuelva a recuperar la presencia en la Eucaristía. La comunidad se construye entorno a la Eucaristía. Cuando dejamos la Eucaristía de forma silenciosa, sin darnos cuenta, nos convertimos en cristianos nominales. Este es el paso a la apostasía silenciosa de la que hablaba el Papa Benedicto XVI.

El gran peligro que tenemos es la desvinculación. Todo queda relativizado e instrumentalizado sobre sí mismo. Tenemos que crear vínculos, crear fraternidad, comunidad. Es la gran aportación del Papa Francisco en la pandemia: crear fraternidad. La pandemia nos tenía que haber hecho descubrir algo que fue evidente, que nos necesitamos unos a otros. Hay problemas que solo podemos solucionar unidos a los demás. Tenemos necesidad de juntarnos, de crecer y caminar juntos. Este es el reto de la sinodalidad.

Y, desde que dejó Albacete, no ha parado en su actividad.

Estos últimos nueve meses han sido intensos. El Papa Francisco me nombró Administrador Apostólico de Plasencia. Me ha tocado, de nuevo, “apechugar” con una diócesis, con la mía. Después de nombrar nuevo obispo en Plasencia, no he parado. Pero encantado. He estado con charlas, ejercicios espirituales por Murcia, Zamora, Cáceres, …

Y, ahora, en Albacete.

Ay, Dios mío. No hay día, (iba a decir que no hay hora), que no me acuerde de Albacete. Alguna vez he pedido disculpas porque hacía muchas referencias a Albacete. Estoy encantado de estar con vosotros.

¿Qué diría a los diocesanos de Albacete?

Animar a toda la gente. A los creyentes que se animen a recuperar la práctica dominical de la Eucaristía. Saldrán ganando, porque la Eucaristía es el asombro, el estupor de lo que entraña el misterio. Descubrir que es misterio de comunión, proyecto de misión y epifanía de solidaridad.

D. Ciriaco Benavente, regresó a Plasencia en su propio vehículo. Primero pasó por tierras madrileñas para encontrarse con su familia. Manda saludos para todos. En su corazón, siempre Albacete.