15 de mayo de 2022
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José Fernando Cerro Játiva es el Ecónomo de la Diócesis. Con motivo de la presentación esta semana de la memoria de actividades de la Iglesia hablamos hoy con él sobre cómo podemos colaborar con la Iglesia a través de nuestra declaración de la renta.
José Fernando, estamos en el período de hacer la declaración y este temido momento para muchas personas es una posibilidad de ayudar, de poder hacer mucho bien.
Efectivamente porque como decía, no recuerdo el autor, que en este mundo hay dos cosas inevitables: la muerte y los impuestos. Cada año, por estas fechas, nos toca presentar nuestra declaración de la renta la cual nos permite con un gesto muy sencillo y gratuito como es el de marcar la casilla 105 ayudar en el sostenimiento de la Iglesia.
Si es la primera vez que el contribuyente va a hacer la declaración de la renta o quiere marcar la casilla por primera vez, ¿qué tiene que hacer?
Si es la primera vez que se hace la declaración de la renta o el año pasado no se marcó la casilla, el contribuyente tiene que modificar el borrador y marcar la casilla de la X de la Iglesia. Y, si el contribuyente marcó la casilla el año pasado, por defecto, en su borrador aparecerá marcada. Cuando cambiamos la forma de tributación, si pasamos de individual a conjunta o viceversa, también tenemos que marcarla de nuevo.
En cualquier caso, siempre es bueno revisar nuestro borrador y si la declaración nos la hace un gestor, ¿puede marcar la casilla por nosotros?
Sí, siempre es bueno confirmar que la X queda marcada. Si la declaración nos la hace un asesor, un amigo o directamente la hacemos en la Agencia Tributaria, pidiendo cita previa, tenemos que indicar a esa persona que queremos colaborar con la Iglesia para que antes de confirmar el borrador marque la casilla de la Iglesia.
Existe también la casilla de Otros Fines Sociales, ¿tenemos la posibilidad, con nuestros impuestos, de ayudar el doble?
Sí, también está la casilla de Otros Fines Sociales. Si marcamos las dos casillas el 0,7% de nuestra cuota íntegra se destinará a la Iglesia Católica y otro 0,7% a Otros Fines Sociales. De esta segunda casilla solidaria se benefician, entre otras, una parte de la Iglesia como es Cáritas y otras entidades muy ligadas a la vida de la Iglesia. Podemos, por tanto, ayudar el doble. Porque marcar las dos casillas no supone en ningún caso que el contribuyente tenga que pagar más o que le vayan a devolver una menor cantidad.
Los contribuyentes que en nuestra provincia marcan la casilla de la Iglesia en su declaración de la renta está muy por encima de la media nacional, ¿Qué valoración hace de este dato?
Para nosotros en una gran satisfacción. Estamos en la provincia de Albacete muy por encima de la media nacional que es de 31,57%, mientras que en nuestra provincia es del 44,44%. Es un signo de la confianza que 83.988 contribuyentes tienen en la iglesia de Albacete. Esto también nos anima a trabajar, a estar siempre cerca de los más necesitados cumpliendo fielmente nuestros fines. Sentimos alegría por la confianza, pero también mucha responsabilidad.
Sin embargo, también se observa que aquellos contribuyentes que hacen por primera vez la declaración de la renta, no se animan tan fácilmente a marcarla. ¿A qué cree que puede deberse?
Hay que reconocer que la mayoría de los contribuyentes que marcan la X son de mediana edad. En los contribuyentes más jóvenes el porcentaje no es, ni mucho menos, tan alto. Esto para nosotros también supone un reto. Que los más jóvenes conozcan y reconozcan la labor social y de promoción en tantos aspectos que lleva a cabo la Iglesia, que va mucho más allá del ámbito religioso o de culto.
Una vez que marcamos la X en nuestra declaración de la renta, ¿Cómo llega el dinero a nuestra Diócesis?
La Agencia Tributaria va entregando el dinero recibido a la Conferencia Episcopal Española que ésta, posteriormente, redistribuye a cada Diócesis en función de una serie de módulos como son: número de sacerdotes, extensión en kilómetros de la Diócesis, número de parroquia, de habitantes… Además, esta redistribución es solidaria. Es decir, las Diócesis no reciben el mismo dinero que sus contribuyentes han aportado, si no que reciben la cantidad correspondiente de acuerdo con los módulos establecidos.
¿Nuestra Diócesis recibe más o menos cantidad de la que los contribuyentes de la provincia aportan?
En nuestro caso es muy fácil de determinar. Al coincidir los límites de la Diócesis con los de la Provincia podemos afirmar que recibimos una cantidad algo mayor que la que aportamos al Fondo Común Interdiocesano, aunque estamos casi en equilibrio.
¿A qué destina nuestra Diócesis el dinero que recibe por esta vía?
Principalmente tiene dos destinos. El primero es la sustentación del clero. Que los sacerdotes puedan vivir dignamente y además dispongan de los medios necesarios para desplazarse por todos los rincones de la Diócesis y pueden estar presentes para atender la celebración de las exequias, bodas, bautizos, fiestas patronales…
El otro gran destino es la conservación del patrimonio. Son muchas las Iglesias, ermitas, casas parroquiales que hay en la Diócesis y que hay que mantener en buen estado, para el bien de todos.
También, evidentemente, están los fines pastorales. Ayudar a las delegaciones: jóvenes, familia, pastoral penitenciaria… para que puedan llevar a cabo sus actividades.
José Fernando, ¿por qué deberían nuestros lectores marcar la X a favor de la Iglesia en su declaración?
Porque la Iglesia se caracteriza por saber aprovechar muy bien sus recursos. Creo que somos capaces de hacer mucho con muy poco. Además, tenemos una experiencia probada en tantos años con la sabiduría que nos viene del Espíritu Santo. Y porque la labor de la Iglesia no solo se hace con medios económicos si no con muchos voluntarios que colaboran día a día dando lo mejor de sí mismos. Además de que es una manera muy sencilla y detrás de cada X hay una historia.