Luis Argüello: «El nuevo Papa impulsará el Evangelio en este tiempo de cambio»

Luis Argüello: «El nuevo Papa impulsará el Evangelio en este tiempo de cambio»

11 de mayo de 2025

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Don Luis Argüello, presidente de la Conferencia Episcopal Española, visita Almansa con motivo del centenario de la coronación de la Virgen de Belén.

Don Luis, ¿Qué decir a los almanseños en este aniversario?         
Creo que es un año lleno de alegría y también de reconocimiento a la fidelidad de los almanseños por esta devoción, que ya fue reconocida con la coronación, y ahora, al querer celebrar su primer centenario, es como una actualización, una manera de decir qué significa para nosotros tener una tierna devoción a una Virgen coronada que, además, nos ofrece a su Hijo, al Niño.

¿Cómo vivir estos días con la elección del nuevo Papa?                
Creo que los católicos, en tiempo de Pascua, estamos siempre invitados a invocar al Espíritu Santo, pero este año de una forma muy especial, porque llega un nuevo sucesor de Pedro. Sabemos que este es un ejercicio entre la inspiración del Espíritu Santo y la decisión de unos hombres: los cardenales. Creo que es bueno que todos empujemos en esa dirección. Que el Espíritu Santo ilumine a un Papa que, como el primer obispo de Roma, como Pedro —al que escuchábamos en el Evangelio del pasado domingo—, le responda al Señor: “Tú sabes que te amo, tú sabes que te quiero”. Que sea un hombre verdaderamente enamorado de Jesucristo y que impulse a la Iglesia a enamorar el mundo.

Porque tendrá que enfrentarse a nuevos retos. Nuestra sociedad presenta cada día nuevos desafíos.     
Sí, creo que esta es una época marcada por extraordinarios cambios. Desde el Concilio Vaticano II, la Iglesia vive en una humanidad que experimenta transformaciones profundas, como ya lo decía el propio Concilio en Gaudium et Spes. El Papa Francisco ha puesto de relieve esta realidad del “cambio de época”. Para afrontarlo, la Iglesia está llamada a un nuevo anuncio del Evangelio, a salir y hacer del anuncio un mensaje especialmente centrado en la misericordia del Señor. Esto es lo que el Papa Francisco nos ha propuesto, y que hemos querido vivir juntos. El nuevo obispo de Roma, con sus propios acentos, sin duda continuará impulsándonos a anunciar el Evangelio en este momento de cambio, en tantos aspectos de la vida y de la organización del mundo.

Y esto también debe vivirse en cada tierra.  
Claro. La Iglesia católica es universal y también particular. Ahora estamos en Albacete, que tiene sus propios desafíos. Lo importante es que, en cada lugar, veamos que los desafíos no nos encierran en nosotros mismos, sino que los vivimos con esta catolicidad del corazón, con este sentido universal. Pero, por otra parte, la universalidad necesita encarnarse: requiere concreción, rostros, situaciones que podemos reconocer en nuestro día a día. Esta propuesta de vivir la catolicidad en lo concreto, en lo particular y también en lo local, ayuda mucho en un mundo que es global, que presenta desafíos concretos en cada nación, región o comunidad. A veces cuesta articular todo esto. Lo vemos en nuestra España también: cómo articular la nación española en su conjunto con la realidad de nacionalidades, regiones y comunidades autónomas. En este sentido, creo que lo católico dialoga bien con un mundo globalizado, que al mismo tiempo necesita referencias concretas.

En Albacete, hasta hace apenas unos días, en la plegaria eucarística no se nombraba ni obispo ni Papa. Ya tenemos nuevo obispo. Como presidente de la Conferencia Episcopal, ¿qué le dice al nuevo obispo, Don Ángel Román?         
Que sea fiel al carisma sacramental que recibió el pasado sábado. Me alegra mucho poder compartir con un nuevo hermano en este colegio de los doce, en la concreción que tiene aquí en España. Si decía que para el obispo de Roma es importante pedir ese enamoramiento de Jesucristo para ayudar a otros a conocerle mejor, también para Don Ángel deseo eso mismo: que, en esta tierra donde estoy seguro de que está siendo ya bien acogido, pueda ofrecer un impulso renovador a la vida de la Iglesia en Albacete, y que ayude a comunicar a sus conciudadanos la alegría del Evangelio.