21 de enero de 2024

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Hoy, domingo de la Palabra de Dios, conocemos de manera breve el libro del Apocalipsis, que este curso está siendo leído en los grupos de lectura creyente de la Palabra de nuestra Diócesis. Además, dos grupos comparten sus experiencias con este método.

Un libro que desvela lo oculto: El Apocalipsis
El Apocalipsis es un li­bro atrayente y desconcertante a la vez. Por un lado, ejerce en quien lo lee un hechizo particular, porque se siente trasladado a un universo misterioso, rico en símbolos y de experiencias religiosas: imágenes, personajes, cantos…, todo invita a adentrarse en él para descubrir un mensaje escondido. Pero, por otro lado, su lectura conduce al descon­cierto manifestado en un racimo de preguntas: ¿Qué significan los símbolos?, ¿Por qué un mensaje escondido?

Os invitamos a adentraros en este libro, atractivo y sorprendente al mismo tiempo. Recordemos al­gunas características. Apocalipsis significa revelación, desvelar lo que estaba oculto. Surge a finales del siglo I para hacer frente a una situación de crisis. El autor quie­re trasmitir esperanza al pueblo, amenazados por la persecución, la tentación de escapar a una vida más fácil los enfrenta a su fe.

Hay muchas curiosidades, por ejemplo, ¿Qué significan los cinco colores que aparecen?

•Blanco: Trascendencia y vic­toria del Resucitado y, de los que triunfan con él.

•Dorado: el color de la liturgia, simboliza la cercanía al misterio divino.

•Rojo: lo demoniaco y violento.

•Verde amarillento: la fragili­dad de la vida.

•Negro: la miseria, las amena­zas y la injusticia.

¿Y los números?

7: la totalidad, la plenitud.

6: la imperfección, vulnerabili­dad.

Hasta aquí, estas sencillas notas de un libro provocador que urge a la desinstalación, promueve pro­cesos de trasformación en los cre­yentes y alienta la fe y la esperanza.

Grupos de la parroquia Nta. Sra. de las Angustias y S. Felipe Neri   Albacete
Ocho cursos llevamos ya en la parroquia de Nuestra Señora de las Angus­tias y San Felipe Neri diversos grupos empapándonos de la Palabra, no en pequeñas dosis como se nos ofrece en la Li­turgia, pero tampoco dándo­nos un atracón como un libro cualquiera del que se puede sacar provecho o disfrutar de modo individual.

La diferencia entre quie­nes dan fe a la Palabra y los que tan solo la estudian o leen, está en que alcance o no el co­razón. La Palabra destila sen­tido en nuestras vidas cuan­do nos acercamos a ella con actitud orante, “de corazón a corazón”, y en comunidad, “porque donde dos o tres están reunidos en mi nombre, allí es­toy yo en medio de ellos” (Mt 18,20).

A través de estos años, he­mos podido experimentar que la Palabra es oportuna y provi­dente, se nos da en el momen­to justo y necesario; es com­pañera de camino, nos indica el sentido del sendero y disipa miedos. Todo lo que nos pasa en nuestra vida puede ense­ñarnos algo grande si apren­demos a iluminarlo con la Pa­labra de Dios que lo aclara y lo explica. Y lo más importante no se puede llegar a descubrir sus múltiples matices sino a través de la escucha atenta y respetuosa de las vivencias del hermano, pues ¿cómo puedo pretender que me llegue al co­razón si antes no lo he abierto de par en par en un clima de confianza fraterna? Son múl­tiples los testimonios recibi­dos en este sentido.

Querido lector, busca el grupo de Lectio Divina más cercano y deja que Jesús caliente tu co­razón como lo hizo con los discípulos de Emaús.

Grupo de la parroquia Santa Marina (Alpera)
Gracias al grupo de Lectio Divi­na de la parroquia Santa Ma­rina de Alpera,  hemos descubierto una nueva forma de conocer las Es­crituras. Este método, enraizado en las antiguas comunidades monás­ticas, era practicado por los monjes en sus encuentros diarios con la es­critura, ya sea preparándose para la Eucaristía o durante la liturgia de las horas.

La Lectio Divina nos está ayu­dando no solo a conocer la Biblia, sino también a tratar de entender el proyecto que Dios tiene para cada uno de nosotros. Buscamos com­prender la Palabra de Dios en la me­dida en que nos impacta, alimenta, orienta y nutre como seguidores de Jesús. A través de esta práctica, bus­camos conocer mejor nuestra vida y entender el plan que Dios nos revela día a día.

Siguiendo la práctica de Oríge­nes, un teólogo del siglo III, nuestro grupo adopta la metodología de lla­mar, buscar y finalmente pedir en la oración. Queremos invitarte a dedi­car un poco de tu tiempo, al menos una vez al mes, a practicar la Lectio Divina. Estamos seguros de que te gustará, te será útil y aprenderás, tal como nos ha sucedido a nosotros. ¡Anímate!