23 de agosto de 2020
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Los jóvenes de Albacete tienen una cita todos los lunes por la tarde noche para orar y rezar. Media hora semanal de silencio y contemplación con la que quieren comenzar la semana. Este era el objetivo de esta actividad juvenil que el Secretariado Diocesano de jóvenes de Albacete se proponía a comienzos de año y en la capilla del colegio Ntra. Sra. del Rosario, dominicas.
Pilar y Alejandro son novios y van juntos a la oración. Para Pilar “desde que comenzó la oración de los lunes, la semana empieza cobrando otro sentido. Los treinta minutos con Jesús son un regalo y un momento de parón donde puedes hablarle cara a cara y escuchar cómo él responde en tu corazón. Momento de vaciar nuestras mochilas, a veces llenas de preocupaciones y agobio. Momento de reflexión y de llenarte de energía y luz. Es, en definitiva, tu momento íntimo con Jesús. Él tiene muchas cosas que decirnos y se vale de cualquier situación para ello, especialmente cuando nos recogemos en la oración frente a Él”. Por su parte, Alejandro siempre ha visto la oración joven de los lunes “como un gran regalo que el Señor nos ha concedido. Empezar la semana con un tiempo de oración frente a Jesús vivo en la Eucaristía es, sin duda, la mejor forma de afrontar la semana con mucha energía e ilusión. Y Dios no defrauda. El encuentro semanal con Jesús sacramentado supone un tiempo de silencio y oración, pero a la vez, un tiempo de diálogo, de hablar y también de escuchar. Es, en definitiva, estar con Jesús. Uno sale renovado y con muchas ganas y alegría para afrontar las situaciones de la vida, sabiendo que no está solo. Además, gracias a la oración de los lunes, he podido conocer gente joven de Albacete, con los mismos ideales, y en los que es posible forjar una amistad cuyo centro sea Cristo”.
La pandemia hizo que la oración cambiaría de formato y pasara de ser presencial a virtual y, así fue, como los jóvenes se unían a través del móvil o el ordenador. Elena es la responsable de los cantos. Para ella, la oración “de los lunes es la mejor forma de empezar la semana… semanas llenas de ajetreo y preocupación. Pero en presencia del Señor todas las preocupaciones, todas las inquietudes se hacen pequeñas ante la inmensidad de su Amor.”
Jóvenes de diferentes edades se reúnen cada semana para orar. Después de la oración es tiempo para compartir. Antes del confinamiento alrededor de un refresco o unas patatas fritas. Ahora en la distancia y con mascarilla. Para Miguel, joven médico residente, “la oración joven de los lunes es una manera de acercarme más Jesús, relacionarme con Él, intentar conocerle y avanzar en mi vida a su lado”.
Estrella también es asidua a la oración. Ella es maestra y aprovecha este tiempo de verano para poder participar en la oración. El curso que viene, según su destino de trabajo, quizá no pueda asistir. «Qué bien se está aquí Señor» así puedo resumir mi sentir en la oración joven de los lunes, el mejor momento de encuentro, oración y amor con el Señor y los jóvenes”, dice Estrella.
José Luis y Juan son hermanos. Desde pequeños han sabido saborear el don de la oración. Saber que Dios les quiere y escucha. Se sienten escuchados por eso confían en Dios. Para José Luis la oración es “ponerse en las manos de Dios y presentar nuestros miedos y preocupaciones. Es el lugar donde puedo dar gracias por todo lo bueno que me ha sucedido, agradecer la gente que tengo a mi alrededor y disculparme por mis fallos. Además, ahí puedo ver a mi segunda familia que se agradece en estos tiempos”.
Desde que comenzó la oración presencial, los jóvenes se reúnen todos los lunes a las nueve de la noche en la parroquia de San Pablo. Para Ramón es su parroquia y “los Lunes por la tarde es un momento muy especial, estar con Jesús sacramentado, y como dice el refrán «el tiempo es oro», que mejor manera de pasar el tiempo que con familiares, amigos y con Él”. Para Raquel “es un momento especial. Unirse junto a otros jóvenes. Y saber que Dios está a nuestro lado y nos escucha”.
La oración es abierta a todos los que quieran participar. Durante este tiempo de verano, con mascarilla y a distancia, los jóvenes siguen siendo fieles a la cita. Cantos, silencio, lectura de la Palabra de Dios, y un breve comentario. Mucho tiempo para la contemplación y la escucha. Sin duda, los jóvenes se unen para mejorar el mundo porque saben que la oración es la fuerza que mueve el mundo.