12 de mayo de 2023
|
131
Visitas: 131
[fusion_dropcap color="var(--awb-color2)" class="fusion-content-tb-dropcap"]C[/fusion_dropcap]on bastante frecuencia, leemos en la prensa noticias desalentadoras y trágicas como son los ataques del islamismo radical en distintas poblaciones de África. Boko Haram, por ejemplo, es un grupo islamista que ha causado muchas víctimas en Nigeria y algún otro país vecino.
En estos últimos tiempos dichos ataques se han extendido a otras zonas del Sahel como son Malí, Níger y Burkina Faso.
Burkina Faso (en otro tiempo Alto Volta) es el país en el que nuestra diócesis de Albacete colaboró enviando sacerdotes y haciéndose cargo de una misión de la diócesis de Dedugu, llamada Safané, parroquia con una extensión cercana a los 2.500 km2, con una población en torno 100.000 habitantes, distribuidos en 103 pueblos. La población estaba distribuida en torno al 55% animista, casi un 45/ musulmanes, y unos 500 cristianos y catecúmenos.
Cuando nuestra diócesis de Albacete se hizo cargo de aquella misión de Safané, hacía 9 años que había comenzado el cristianismo en dicho lugar. Desde el año 1975 al año 2000 estuvimos presentes con seis sacerdotes, en la que nos hicimos cargo de la evangelización y formación de la comunidad cristiana, así como realización de muchos proyectos de desarrollo humano, en sectores como el sanitario, la educación, agrícola, construcción de pozos, en favor de la población animista, musulmana y minoría cristiana. Todo esto fue posible gracias a la colaboración esplendida de muchas parroquias, personas particulares y colegios que apoyaron con pequeños proyectos.
Actualmente dicha diócesis de Dedugu se encuentra con un problema nuevo, que rompe el carácter pacífico de aquella tierra, como lo fue en tiempos de nuestra presencia misionera en dicho lugar. Desde hace unos meses está siendo atacada con bastante frecuencia por hombres armados no identificados (HANI) ciertamente extranjeros, pero que son tan radicales que asaltan, saquean y amenazan de muerte a misioneros, maestros y puestos de policía. A finales de enero de este año, un sacerdote de dicha diócesis de Dedugu que se desplazaba para celebrar un funeral fue detenido, asesinado, y los asaltantes huyeron con el coche.
Dada la inseguridad, cada vez resulta más difícil realizar el servicio pastoral en una gran parte de la diócesis especialmente en 6 parroquias, lo que ha obligado a las poblaciones a abandonar sus pueblos que han sido saqueados. El obispo ha tenido que desplazar a los sacerdotes de cuatro parroquias, por amenazas de muerte, trasladándolos a zona más segura. Se trata de las parroquias de Zaba, Kiembara, Nyasan y Gossina.
El problema que se plantea es atender a estos sacerdotes desplazados por causa de la inseguridad. En dicho país, los sacerdotes son mantenidos por los cristianos de sus respectivas parroquias, pero dado que las comunidades se han dispersado, ya no cuentan con esta ayuda, ni ellos pueden quedarse en aquel lugar porque sería exponerse a la muerte.
Teniendo en cuenta la situación financiera crítica de la diócesis de Dedugu, el obispo, Monseñor Prosper Ki, se ha dirigido a Cáritas diocesana de Albacete pidiendo auxilio, proponiendo un proyecto para poder atender a dichos sacerdotes por un periodo de 1 año, esperando que se encuentre une solución contra el terrorismo por parte de las fuerzas de seguridad del Estado, por ahora incapaces de hacer frente a esta ola de terror.
La cantidad que piden es: 12.526 euros, (1€ equivale a 665,957 F cfas.), es decir, que, al cambio, se trata de 3 euros por día para 11 sacerdotes, durante 365 días del año. Cáritas diocesana de Albacete hace una llamada a las parroquias y a particulares que puedan aportan una ayuda solidaria para responder a esta petición humanitaria que nos hace el obispo de aquella diócesis hermana, con la que hemos colaborado en los primeros tiempos de la evangelización en la parroquia de Safané.
Colaborar -> https://www.caritas.es/albacete/cooperacion/ayuda-para-11-sacerdotes-desplazados-en-burkina-faso/