10 de mayo de 2020
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[fusion_dropcap color="var(--awb-color2)" class="fusion-content-tb-dropcap"]E[/fusion_dropcap]n este tiempo, en que las actividades pastorales se llevan a cabo de una nueva manera, hablamos hoy con el delegado diocesano de Catequesis, José Antonio Pérez, para preguntarle cómo llevar a cabo la catequesis desde casa.
Estamos en tiempo de confinamiento, ¿la catequesis se ha acabado?
No, la catequesis no se ha acabado; no la podemos realizar en la parroquia de una manera presencial, por motivos que todos conocemos, pero la catequesis continua en casa. Este tiempo es una oportunidad para volver a descubrir que el lugar principal de la catequesis es la familia, y que los mejores y primeros catequistas deben ser los padres. En realidad, la catequesis parroquial debería ser el apoyo o complemento a la catequesis que se da en la familia. Por esto, la catequesis no acaba, más que nunca, recobra su sentido en la casa, en la familia.
¿Cómo hacer esta catequesis en casa, en familia?
Tenemos tres grandes instrumentos para esto. El primero es la propia experiencia de fe de los padres, es lo que mejor llegará a los niños. A veces, en cosas muy sencillas como bendecir la mesa, rezar antes de acostarse, rezar el rosario en familia o compartir la Eucaristía juntos por la televisión o las redes. El segundo instrumento es el catecismo que los niños vienen utilizando, repasar lo ya visto en la parroquia, o compartir temas nuevos, es un instrumento sencillo y entendible para todos. Lo tercero es utilizar internet y las redes sociales, que tanto usamos para todo, con este propósito. Se puede encontrar una infinidad de recursos catequéticos, hay un amplio abanico de materiales que merece la pena utilizar.
La gente dice “no puedo ir a la iglesia no puedo ir a misa”. ¿Qué hacer ante todo esto?
Es una pena el no poder compartir la eucaristía juntos. La misa es reunión de la comunidad cristiana para celebrar el memorial del Señor. Pero no olvidemos que lo que ha estado cerrado han sido los templos, la Iglesia sigue abierta y muy viva; yo diría que, en algunos aspectos, más que antes. De alguna manera, ha habido que reinventarse para adaptarse a estas circunstancias tan especiales y se están utilizando recursos nuevos para estar presente en el hogar de cada persona. No olvidemos tampoco que cada hogar es una “Iglesia Doméstica” y, así, a través de la oración, de la celebración de la eucaristía compartida, a través de los medios y de nuestra caridad ejercida en estos días de muchas maneras, seguimos caminando como iglesia.
Nos podrías dar tres consejos útiles para este tiempo de confinamiento.
El primero, que sirve para todos, es el de organizarse, tener un horario concreto. Ahora tenemos tiempo para todo: hablar con amigos, distraerse, jugar, hacer deberes y tareas de casa…, pero, también, es importante sacar un tiempo para Dios, para rezar, leer la Palabra y meditarla.
El segundo consejo es mantener el ánimo y la esperanza; a todos nos afecta, de alguna manera, lo que estamos viviendo. Por eso, hay que pensar que saldremos de esta crisis, que saldremos reforzados y, ante todo, tenemos que aprender a vivir con un ritmo más tranquilo y a valorar lo que es realmente importante, disfrutando más las cosas cotidianas y los detalles sencillos.
El tercero es rezar, sobre todo la oración de intercesión, pedir por los que lo están pasando realmente mal, orar por lo que están entregando y arriesgando su vida para poder servir a los demás, por los que ya se han ido a la casa del Padre. Rezar por todos ellos, es una gran labor y una gran obra de caridad.
¿Qué va a pasar con las Comuniones?
Debido al estado de alarma y a todo lo que estamos viviendo, las Primeras Comuniones han sido aplazadas. No es algo que dependa de nosotros, tenemos que esperar a que, en esta situación, las autoridades sanitarias y el gobierno nos permitan replantearnos este tema. De momento, no podemos aventurarnos a decir nuevas fechas; quizás también haya que cambiar la mentalidad y celebrar las Primeras Comuniones de una manera muy distinta a lo que hemos hecho hasta ahora. En cuanto podamos, nos reuniremos con los padres en las parroquias y veremos distintas posibilidades para poder celebrarlas. Lo importante es decirle a los niños y niñas que no se preocupen, que mantengan la ilusión, van a poder recibir seguro a Jesús… Sin embargo, en las circunstancias actuales, no podemos hablar todavía de unas fechas concretas. Hay que ser prudentes y responsables y esperar a que todo esto se vaya aclarando.
¿Cómo vivir la alegría de la Pascua en este tiempo de confinamiento?
Sobre todo, manteniendo el ánimo; un ánimo que se apoya en la fe. Saber que, después de la noche, viene la luz y esa luz, que se traduce en alegría, nadie no la podrá quitar, como dijo Jesús, pues es una alegría que surge de dentro y que tenemos que transmitir en cosas sencillas de cada día. Yo creo que esta pascua tiene más sentido que nunca.