La catequesis no es una actividad más: es una escuela de vida y de fe

La catequesis no es una actividad más: es una escuela de vida y de fe

26 de octubre de 2025

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El delegado diocesano de catequesis, José Antonio Pérez, invita a las familias a retomar la formación cristiana en este inicio de curso

Con el comienzo del curso pastoral, las parroquias abren sus puertas a un nuevo año de catequesis. Octubre marca el momento de apuntarse, de volver a la comunidad y de seguir creciendo en la fe. Así lo recuerda José Antonio Pérez Romero, delegado diocesano de catequesis, quien anima a niños, jóvenes y adultos a participar en este itinerario de educación en la fe.

«Llevar a los niños a catequesis es un gran regalo que los padres les hacen», afirma Pérez. «Les dan herramientas para madurar, para ser personas equilibradas, formadas y responsables».

El delegado subraya que la catequesis no debe verse como una simple preparación para los sacramentos, sino como una experiencia profunda de encuentro con Jesús. A través de la oración, la enseñanza y la celebración, los niños alimentan su vida interior y desarrollan lo que él llama «la inteligencia espiritual», una dimensión del ser humano que también necesita cultivarse.

En medio de la rutina escolar y las actividades de la tarde, Pérez recuerda que la catequesis no es una extraescolar más: «No es solo formación; es una experiencia. Educa en valores cristianos, en una moral y en una manera de vivir: la que el Evangelio y nuestra fe católica nos indican».

Para el delegado, una de las claves está en redescubrir la utilidad de la fe. Aunque «la fe no se vive por ser útil», explica, «es verdad que ayuda, que hace crecer y que aporta sentido a la vida».

La familia, primera escuela de fe

Pérez insiste en que la educación en la fe no empieza en la parroquia, sino en el hogar: «La familia tiene la responsabilidad principal. La parroquia acompaña, orienta y apoya, pero la fe debe vivirse desde pequeños en casa. Luego, la catequesis y la clase de religión son apoyos fundamentales».

Esta colaboración entre familia y parroquia permite que los niños no solo se preparen para recibir los sacramentos, sino que se sientan parte viva de la comunidad cristiana.

El delegado percibe signos de esperanza en las nuevas generaciones, que considera más sensibles a la religión, lo que supone «una oportunidad para que los niños y las familias se acerquen y conozcan más la Iglesia y a Jesucristo, que somos una familia», porque a veces «ser cristiano está un poco desconocido».

«Hay una vuelta a la espiritualidad. Nos damos cuenta de que lo material o lo exterior no bastan. Hay un vacío que solo se llena cuando uno se acerca a Dios. Aunque a veces otras espiritualidades estén más de moda, el cristianismo ofrece todos los elementos para trabajar ese mundo interior», explica.

Catequesis para todas las edades

La invitación de José Antonio Pérez a participar en la catequesis no se limita a los más pequeños: «La catequesis no es solo cosa de niños. Todos necesitamos reavivar la fe. Los adultos también necesitamos ese encuentro con la comunidad y con el Señor. La catequesis debemos recibirla en todas las edades y momentos de nuestra vida».

El delegado anima a potenciar y descubrir la catequesis de adultos como una necesidad también para las personas mayores, «sin ningún tipo de vergüenza».

Apuntarse es sencillo: basta con acercarse a la parroquia más cercana, informarse sobre los horarios y participar.

«La fe -concluye Pérez- se vive en comunidad, y este es el momento de volver a crecer juntos».