20 de octubre de 2024

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María Jesús Torres es una de los 30 misioneros de Albacete; pertenece a la congregación Misioneras de Cristo Jesús y lleva 32 años en Bolivia. Con motivo de esta jornada del Domund 2024 hemos hablado con ella.

Al preguntarle sobre el lema de este año: “Id e invitad a todos al banquete”, María Jesús nos explica: «Es un lema que nos invita a que todos los bautizados salgamos, que abramos nuestras puertas y vayamos al encuentro de los demás. No solo debemos salir nosotros, sino también dejar salir a Dios, para invitar a todos. Que su mensaje llegue a todos sin distinciones ni prejuicios. Se trata de llevar a todas las personas su cercanía, amor y misericordia».

En cuanto a su labor como misionera, Torres destaca: «La acción misionera es integral, abarca a la persona en su totalidad. No solo se trata de llevar el mensaje de Jesús, la Buena Noticia, sino también de mejorar la vida de las personas. Queremos que todas las personas tengan las mismas oportunidades de educación, salud y bienestar. Por eso, además de nuestra labor pastoral, trabajamos en la acción social y en el desarrollo de las comunidades».

La albaceteña María Jesús se muestra profundamente agradecida por su experiencia en Bolivia: «Los misioneros a veces pensamos que damos mucho a los lugares a los que vamos, pero también recibimos. Compartir la vida con otros, con culturas y personas diferentes, es una gran riqueza. En estos años en Bolivia, uno de los mayores regalos que me ha hecho este país y su gente es su increíble capacidad de compartir, tanto lo poco como lo mucho que tienen. La acogida y el sentido de comunidad que demuestran son valores que recibo a diario. He compartido muchos años con muchas personas y la llevo en el corazón, siempre presentes».

Sobre la importancia de la ayuda del DOMUND para mantener la misión, señala: «Es fundamental, porque hoy en día todos sabemos que sin recursos económicos no se pueden llevar a cabo proyectos. Necesitamos oración, necesitamos dinero, colaboración, ayudas; todos dependemos unos de otros. La colaboración es crucial, ya que sin ella todas las obras que se realizan no podrían llevarse a cabo. Pero también es muy importante para nosotros la oración, que nos ayuda a crecer y a mantener viva nuestra vocación misionera”.

Por último, María Jesús nos recuerda que todos podemos ser misioneros desde donde estemos: «Muchas veces pensamos que la misión siempre es hacia afuera, pero también es hacia adentro. Cada uno, en su lugar, en su trabajo, en su familia, allá donde el Señor le ha enviado, puede ser misionero. Tenemos que vivir esa llamada a la estamos invitados por nuestro bautismo”. Al preguntarle formas concretas de ser misionero, añade: «Hay mucha gente que vive sola, que necesita ser escuchada y acompañada, personas que necesitan compartir la vida con otros. Hay muchas maneras de ser solidarios. Los migrantes, por ejemplo, mucha gente que viene de fuera y que a menudo no tiene recursos, no conoce el idioma y necesita acompañamiento. Creo que hoy en día tenemos muchas formas de ser misioneros y de llevar el mensaje de Jesús allí donde estamos. Cada uno tiene que descubrir cómo puede hacerlo».

María Jesús nos invita a vivir el DOMUND con una petición: «Que estemos atentos a lo que el Señor nos pide, para salir y acoger, para invitar a todos sin hacer distinciones. Que sepamos recibir a todas las personas en nuestro corazón y en la Iglesia. Y que construyamos puentes con aquellos que son diferentes».