
Inicio Misiterio Obipo D. Ángel Roman: Palabras del Administrador Diocesano

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3 de mayo de 2025
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Hoy, junto a usted, se congrega la Iglesia en Albacete: fieles laicos en la diversidad de sus situaciones de vida —muchos de ellos integrados en movimientos y cofradías—, religiosos y religiosas, así como presbíteros y diáconos. Nos acompañan también quienes ostentan el noble título de “servidores públicos”, con la presencia del presidente del Senado de España, don Pedro Rollán; el presidente de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, don Emiliano García-Page; nuestro alcalde, don Manuel Serrano; y otras autoridades políticas, judiciales, militares, así como miembros de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado y de la Policía Local. En todos ellos se hace presente la sociedad a la que la Iglesia pertenece y a la que desea servir.
La presencia de fieles de la diócesis de Alcalá de Henares, junto con los alcaldes de Arganda del Rey y Torrejón de Ardoz, nos remite a sus raíces de vida y de fe, encarnadas de forma especial en su madre y en el resto de su familia.
En nombre de todos y cada uno de ellos, doy gracias a Dios por el don de recibirle hoy como nuestro obispo y pastor. Con el inicio de su ministerio pastoral, se alivia en parte el sentimiento de orfandad que vive la Iglesia desde el fallecimiento del Papa Francisco. Rezamos por él, unidos a toda la Iglesia.
Usted es enviado como el séptimo obispo de una Iglesia que celebra, con gratitud y esperanza, el 75º aniversario de su constitución como comunidad diocesana. En nuestro origen confluyen las Iglesias de Cartagena, Cuenca, Orihuela-Alicante y Toledo. Nuestra extensa geografía alberga una gran riqueza humana y eclesial, de la que usted se convierte ahora en signo visible de comunión en la fe.
Se incorpora así a una historia de esfuerzo, con aciertos y errores, de esta porción del Pueblo de Dios que en Albacete busca con intensidad discernir cómo cumplir hoy la voluntad del Señor Jesús y llevar a todos la alegría del Evangelio. Es, en definitiva, una historia de amor —la de Dios por el ser humano— en la que todo el protagonismo lo tiene el Espíritu Santo, que nos guía. Hoy, junto a usted, renovamos la ilusión de secundar su acción, con el deseo de que nuestra comunión se manifieste en una mayor participación de todos en la misión de la Iglesia.
Somos tierra de María. De la Virgen de los Remedios en Fuensanta a la Virgen de Cortes en Alcaraz; de la Virgen de Gracia en Caudete a la Virgen de la Caridad en Villarrobledo; de la Virgen de la Cabeza en Casas Ibáñez a la Virgen de la Fuente en Munera; de la Virgen del Rosario en Hellín a la Virgen de Belén en Almansa; de la Virgen de Turruchel en Bienservida a la Virgen de la Cabeza en Nerpio. Desde la creación de nuestra diócesis, estamos puestos bajo el patronazgo de la Virgen de los Llanos. A la Madre de Jesús y madre nuestra encomendamos su persona y su ministerio.
Gracias a todos los señores arzobispos y obispos. Su presencia hace visible entre nosotros una dimensión esencial del episcopado: la participación colegial en la sucesión apostólica. Oramos de manera especial por la elección de quien, como obispo de Roma, ha de ser cabeza de ese Colegio. Me permito dar las gracias expresamente a nuestro arzobispo don Francisco y a los señores obispos de nuestra provincia eclesiástica de Toledo. Su cercanía y disponibilidad durante este tiempo de sede vacante han sido un hermoso signo de comunión eclesial.
Asimismo, doy gracias a Dios por el don de tener hoy con nosotros a nuestros últimos cuatro obispos: don Victorio Oliver, don Francisco Cases, don Ciriaco Benavente y don Ángel Fernández Collado. En sus rostros, nuestra historia como Iglesia diocesana se hace memoria agradecida.
Querido señor Nuncio:
En su persona y ministerio se hace visible aquí la dimensión universal de la Iglesia. En nombre propio, y en el de la diócesis de Albacete, le agradezco de corazón su servicio a la Iglesia en España, del cual tantas veces he sido beneficiario directo a través de sus consejos y orientaciones. Gracias por acompañarnos en la apertura de las celebraciones de nuestro 75º aniversario y por su cercanía en los momentos más difíciles, como la tragedia de la DANA en Letur. Tenga la certeza de que, en su nuevo destino, le acompañará siempre nuestra oración ante la Virgen de los Llanos.
Julián Ros Córcoles
Administrador Diocesano de Albacete