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7 de febrero de 2021

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En este domingo previo a San Valentín recomendamos la lectura del libro que el sacerdote Francisco Javier Bronchalo —Patxi Bronchalo—, ha presentado en Albacete: “Cuando el sexo te atrapa. Entender, afrontar y sanar el problema de la pornografía”.

Patxi, ¿por qué has escrito este libro?

Hay una pandemia de la que se habla muy poco: es la pornografía, que está haciendo daño a cientos de miles de personas en el mundo, especialmente a los más jóvenes, a noviazgos, a matrimonios. Intento dar luz sobre este tema que también es muy tabú: está socialmente muy aceptado, pero no se habla de las consecuencias, del daño que está haciendo, ni tampoco de un posible camino de sanación, porque si no se ve como un problema, tampoco se habla de la solución.

Desde tu propia experiencia, te diriges especialmente a los jóvenes. ¿Qué te pasó?

Cuando yo era un chaval, la primera vez que vi pornografía fue sin intención, sin querer, porque un amigo lo puso, y esto es lo que les pasa a muchos jóvenes, que habiendo escuchado que es algo malo, que hace daño, les llega sin quererlo a través de alguien mayor que él, de la familia, de un amigo, y de repente se dan cuenta de que se han quedado enganchados: no lo pueden dejar y se ha creado un vicio que en el futuro puede ser una adicción. 

Cuentas también tu testimonio de superación del problema, y el de otras personas.

Sí. Hay muchos jóvenes y adultos que han podido superarlo, con la ayuda adecuada. A algunos les afectaba hasta tal punto que robaban para poder mantener su adicción, o faltaban al trabajo.

¿Cuáles son las causas de que la pornografía esté hoy en día tan extendida?

La pornografía presenta una serie de características: es agresiva, con el añadido de morbosidad que provoca al verla; socialmente está muy aceptada-por ejemplo, en una conversación sobre el tabaco alguien podría reprenderte sobre si es bueno fumar o no, pero no en el caso de la pornografía-. También es muy asequible:hay cantidad de pornografía gratis en la web, pero las grandes empresas que están en esto se preocupan de que el que lo ve, empiece a pagar por ello. Todo esto hace que se “normalice” y se extienda.

¿Al no hablarse del daño que hace, va ganando aún más terreno?

Sí. También a través del lenguaje se va “colando”: no se habla de pornografía, sino de entretenimiento de adultos; ni de actores porno, sino de performers; también hay entrevistas a pornostarsen horario de máxima audiencia en programas y canales de televisión que ven jóvenes. 

¿Cómo se puede prevenir?

Hay que hablar y educar a los niños, desde ya. Hay un estudio que dice que la primera vez que un menor ve pornografía desde que tiene móvil, es a las dos semanas: en ese tiempo ya habrá recibido alguna imagen pornográfica en su teléfono. Queremos proteger al niño, que no tenga peligro en la calle, pero en su habitación tiene acceso a todo a través del móvil. Hay que aprovechar toda situación para educarlo en una sexualidad que sea para su felicidad, y para la de la persona con la que un día pueda estar, y no para usarseentre ellos, que es lo que la pornografía hace y en lo que educa.

¿Cómo se puede vivir bien el sexo?

El sexo es bueno, es buenísimo, y esto es lo que dice la Iglesia. Dios lo ha puesto para nuestra felicidad. Pero, por supuesto, bien vivido: tenemos que aprender a vivir desde lo que somos y reconociendo quiénes somos, como hombres, mujeres, y orientar nuestros deseos hacia la finalidad de lo que queremos. Nosotros vamos al cielo y estamos en esta vida para amar. Pues nuestra sexualidad puede orientarse de esta manera, desde el reconocimiento de lo que es la persona. Esto es una educación integral de la sexualidad. 

En Albacete tenemos el Centro de Orientación Familiar (COF). ¿Cómo está ayudando la Iglesia?

Gracias a Dios, la Iglesia tiene muy buenos medios, como los Centros de Orientación Familiar (COF), para acoger y ayudar a jóvenes, adultos y matrimonios que, por estas u otras causas, se les está rompiendola vida. Se puede acudir directamente, o bien hablar con alguien de confianza, un sacerdote, un catequista, y contarle lo que le pasa, para que se le pueda ayudar, porque cuando uno está en un pozo necesita agarrarse a una cuerda para salir de ahí.

Patxi, ¿qué es lo que no se cuenta de la pornografía que tú quieres dar a conocer? 

Que la pornografía es una gran mentira, porque da una imagen del sexo falsa. El libro pretende ser una ayuda para salir de ese pozo, y presenta también un camino de sanación de las propias heridas interiores, desde Dios, el acompañamiento y el fortalecimiento de la voluntad, junto a otras ayudas, como los COF. Es lo que siempre intentamos hacer en la Iglesia: Iluminar, acompañar y llevar a Dios.