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21 de junio de 2020

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[fusion_dropcap color="var(--awb-color2)" class="fusion-content-tb-dropcap"]E[/fusion_dropcap]s momento de hacer matrículas y es momento de elegir. Es ahora, cuando se está tramitando la nueva Ley de Educación, LOMLOE, en la que se reduce la presencia curricular de la Clase de Religión, cuando sería bueno recordar que apostar y elegir Religión Católica, en el colegio e instituto, es un derecho. Hoy, más que nunca, todos necesitamos, en un momento u otro de nuestra vida, entender el mundo que nos rodea y buscar justificación tanto a las cosas buenas que nos pasan como, sobre todo, a las menos buenas. Y, por eso, poder darles las herramientas para que vayan comprendiéndolo desde pequeños, ya que les permitirá crecer más rápido y mejor como personas. Compartimos algunos testimonios.


La Religión siempre ha ocupado un lugar primordial en mi vida. Desde el bautismo, mi familia me inculcó que la grandeza de la persona no se consigue teniendo sino dando y el cristianismo, ha sido y es mi guía para conseguirlo. Desde los tres años, mis padres tuvieron claro matricularme en Religión para continuar mi educación, conocer a Jesucristo y enseñarme a ser persona.

Pero un día fui yo quien decidí que esta asignatura me acompañaría en todo mi trayecto escolar. En ESO, el interés por mi Religión creció y me apunté al grupo de confirmación, tras tomar la comunión. También quise ser catequista para enseñar a los niños todo lo que yo había aprendido. Empecé a mostrarles, con toda la ilusión del mundo, todos mis conocimientos de la manera más interactiva posible. Después de cuatro años, sigo queriendo educar a más niños y enseñarles todos los beneficios que nos aporta vivir la vida cristiana. Todo esto, unido a las clases de religión y a la Semana Santa (parte fundamental de mi familia), hicieron de mí una persona que tiene el pensamiento claro de no querer abandonar esta religión nunca.

Lucía Toledo Romero, I.E.S Bernardino del Campo. 1º Bachillerato


Si algo nos ha enseñado esta pandemia, es la importancia que tiene para nuestra sociedad una vida cimentada en valores basados en la solidaridad, la ayuda al prójimo, la cooperación y la dignidad de la persona. Si es en la escuela donde deben desarrollarse las capacidades íntegras del alumnado, es en la asignatura de religión donde se desarrollan las capacidades afectivas y espirituales necesarias para emprender un lenguaje vertebrado entre todas las asignaturas. La Religión Católica proyecta todos estos valores desde los primeros años de nuestro alumnado, dando una educación integral que les permitirá a su vez desarrollar capacidades culturales, literarias, musicales y artísticas, pues todas ellas, de una manera u otra, han tenido su origen en la fe cristiana formando parte de nuestra vida cotidiana y ayudando a comprender el mundo que nos rodea.

F. Jesús Bautista García, maestro C.E.I.P Alcalde Galindo, de Chinchilla


Somos familia numerosa formada por mi marido, José Manuel, constructor, mis hijos: José Manuel, 13 años, Juan, 9 años y Valeria, 8 años y por mí, Yolanda, profesora de Lengua Castellana. Cuando me preguntan por qué mis hijos cursan Religión, yo siempre contesto que simplemente porque somos creyentes. Pero es cierto que estudiar Religión no es como ir a catequesis. Por formación es más que sabido que en esta materia se trata de conocer las creencias, actitudes y valores básicos de nuestra tradición y patrimonio cultural, aprender a valorarlos críticamente, etc. Actualmente cada vez es más evidente la decadencia de los valores en nuestra sociedad. Necesitamos adquirir   valores como la libertad, la vida, el respeto, la tolerancia, el compromiso, etc. De ahí, que el fin de la Religión sea formar a personas razonables, pero también que tengan la capacidad afectiva, espiritual, sin olvidar que la Fe es un saber razonable que debe entrar en diálogo con los otros saberes de la escuela.

Para nosotros como familia, la asignatura de Religión es tan importante como el resto de materias.

José Manuel y Yolanda, padres


A nosotros, nos gustan las clases de Reli porque nos encanta nuestra seño y estamos con ella desde que empezamos a ir al cole. Las clases son muy divertidas y podemos hablar con ella de todo, conocemos personajes y aprendemos muchas cosas sobre Jesús: dónde vivió, quiénes eran sus amigos y las cosas buenas que hacía por todas las personas. Hacemos lecturas de la Biblia y vemos películas y documentales sobre ellas, que son muy divertidas. La clase de religión nos ayuda a ser buenas personas e intentar ayudar a los demás y llevarnos bien con todos nuestros compañeros.

Juan y Valeria, C.P. Vera Cruz de Alpera, alumnos de primaria


La asignatura de Religión Católica es necesariamente apasionante en todos los sentidos. La figura de Jesucristo es la más importante en toda la historia de humanidad: es fascinante, interpela, interroga y sacude nuestros corazones, seamos creyentes o no. La clase de Religión no es catequesis, es asignatura y trata de entender a la persona en su totalidad como ser moral y, por tanto, responsable de las decisiones que toma libremente. Los que se consideren creyentes podrán serlo con conocimiento de causa, los que se consideren no creyentes lo serán de forma más responsable.  No nos podemos permitir una “ignorancia religiosa” porque la religión nos va a ayudar a conocer la cultura y los valores que hemos heredado de las personas que nos precedieron. También son los “pies” y donde se sustentan el resto de asignaturas, “pies” sin los cuales la persona no puede ni debe caminar por la vida.

Juan Díaz Villada. Profesor de IES Al-Basit