10 de noviembre de 2024
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El pasado domingo comenzamos, con gratitud y esperanza, a celebrar el 75 aniversario de la creación de nuestra querida Diócesis de Albacete. Hoy, Día de la Iglesia Diocesana, es un momento propicio para reflexionar sobre nuestra existencia como llamada que Dios nos hace a cada uno, invitándonos a descubrir y vivir el plan que tiene para nuestras vidas.
¿A qué entrega específica me convoca Dios en este momento de mi vida? La respuesta a esta pregunta nos llevará a vivir con mayor plenitud y sentido, sabiendo que hemos sido creados por amor y llamados para una misión particular en el plan divino.
“¿Y si lo que buscas está en tu interior?” Con este lema se nos invita a pensar en la misión a la que estamos llamados desde la gratitud por todo lo que hemos recibido. Una misión que es compartida en la Iglesia diocesana a la que pertenecemos como porción de la Iglesia Universal. Todos somos corresponsables en la Iglesia: discípulos y misioneros. Es vital que tomemos conciencia de la necesidad de compartir la vida, no solo los bienes o recursos económicos. Al compartir nuestra vida, creamos un espíritu de pertenencia a la Iglesia, fortaleciendo nuestra comunidad y viviendo verdaderamente el mandamiento del amor. Este espíritu de corresponsabilidad nos llama a comprometernos de manera personal y comunitaria, contribuyendo cada uno según sus posibilidades y dones.
La creación de nuestra diócesis es una historia de generosidad con la que miles de albaceteños contribuyeron a construir el legado de fe y servicio del que ahora somos responsables. Quiero animarte a expresar tu gratitud realizando una suscripción periódica a favor de tu parroquia en el portal donoamiigiesia.es. Este gesto no solo ayuda a sostener las necesidades materiales de nuestra comunidad, sino que también es un signo de nuestra pertenencia que genera esperanza. Cada contribución, por pequeña que sea, es una semilla que contribuye a la misión de la Iglesia y al bien común.
Con gratitud por los 75 años de historia de nuestra diócesis y con esperanza en el futuro, os invito a renovar nuestro compromiso con nuestra vocación y misión. Que este aniversario nos inspire a vivir con mayor fervor nuestra fe y a construir juntos una Iglesia más unida, corresponsable y comprometida con el plan de Dios.
Mons. D. Julián Ros
Administrador Diocesano