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7 de enero de 2024

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Hace unas semanas se publicaba en la revista de psicología Journal of Religion and Health de Estados Unidos un estudio del sacerdote albaceteño Damián Picornell sobre el síndrome de quemarse en el trabajo, el síndrome de burnout. Hablamos hoy con Damián, párroco de San Roque de Almansa y psicólogo, para conocer algo más sobre un síndrome cada vez más frecuente.

¿En qué consiste este síndrome de burnout y cuáles son sus síntomas?

El burnout es resultado de un estrés laboral continuo que no se ha gestionado bien. Se manifies­ta en el agotamiento emocional, o sensación de estar sobrepasado, sin recursos para afrontar el tra­bajo; la despersonalización, con reacciones negativas y hostiles ante otras personas; y la baja sa­tisfacción y competencia respecto al trabajo.

¿Desde cuándo se conoce este síndrome de burnout?

Las primeras investigaciones se realizaron en los años 70 en California (Estados Unidos), por la psicóloga Christina Maslach, a partir de sus trabajos de cam­po. A lo largo de estos 50 años, el concepto se ha aplicado a profe­siones muy variadas y en distin­tos contextos socioculturales. La Organización Mundial de la Salud lo incluyó en la última edición de la Clasificación Internacional de Enfermedades, como uno de los principales riesgos laborales de tipo psicosocial.

¿A qué profesiones puede afectar?

En los primeros años de la in­vestigación, se hablaba de bur­nout solo en profesiones que requieren un contacto personal directo y constante, como ocurre, por ejemplo, en las profesiones sanitarias y educativas. Pero poco después se constató que puede afectar a cualquier profesión, por ejemplo, en los empleados cuyo trabajo es burocrático, o realizan tareas manuales repetitivas, los autónomos, e incluso al clero de diversas confesiones religiosas.

¿Hasta qué punto se conocen los factores que influyen en la apari­ción del burnout?

Por una parte, están los factores de tipo individual. Se ha compro­bado que un estilo de personalidad inestable emocionalmente, rígido en la forma de pensar y propen­so a la ansiedad y la depresión, es más vulnerable al burnout. Por otra parte, están los factores del entorno laboral y de la organi­zación (institución o empresa), entre los que destacan la carga de trabajo (excesiva o limitada), los horarios que no favorecen la con­ciliación, la conflictividad en el lugar de trabajo y la baja atención a los empleados por parte de la organización. En cualquier caso, el síndrome se desarrolla lenta­mente.

Antes mencionabas que el bur­nout puede darse también en los sacerdotes. Hace poco has publica­do un artículo sobre el tema en una revista de psicología de Estados Unidos.

El burnout en el clero de otras confesiones religiosas se empezó a estudiar en los años 90, y en el caso de la Iglesia Católica, a partir del año 2000. La mayoría de los estudios se han realizado en Es­tados Unidos, Reino Unido, Italia, Latinoamérica y África. El bur­nout en los sacerdotes tiene ras­gos particulares, porque su mi­nisterio no es un mero empleo que puede separarse del resto de su vida. Mi trabajo es la primera re­visión sistemática sobre el tema, y consiste en una recopilación de las principales aportaciones de estos estudios. Se ha publicado en la revista Journal of Religion and Health y puede verse en: https://rdcu.be/dlHd4

 

¿Estás trabajando en algún pro­yecto más relacionado con este tema?    
Hace poco terminé una investi­gación sobre el burnout en los sa­cerdotes de España, en la que han participado 116 sacerdotes de 24 diócesis. Ahora estoy preparan­do varios artículos para difundir los resultados obtenidos, además de impartir formación sobre este tema, que me parece de total ac­tualidad. 

Para terminar, ¿qué aspecto con­sideras clave para prevenir este sín­drome?      
Sin duda, el cuidado de la per­sona, que no es solo un empleado o un miembro de una organiza­ción. Es indispensable promover un buen clima laboral, cargas de trabajo razonables y una comuni­cación directa y eficaz a todos los niveles.