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30 de junio de 2024

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Mª Carmen Sevilla Almansa es maestra de religión en el C.P. Francisco Giner de los Ríos de Villarrobledo. Lleva casi 35 años como docente de la asignatura.

¿Cómo ha sido tu trayectoria desde tus inicios hasta el día de hoy como maestra de religión?         
Nunca pensé estar tan agradecida como lo estoy. Desde aquel día que me llamaron porque necesitaban maestros de religión, y que por cierto no lo hacíamos por el aspecto económico, ya que entonces no había sueldo, sino gratificaciones cuando se podía. Empecé a formar parte de un gran equipo de trabajo y amigos, con muchísima ilusión. Ese equipo sigue estando ahí hoy en día, compartiendo, creando y desarrollando esa complicidad que necesitamos para desempeñar nuestro trabajo.

¿Ha influido en tu vida personal ejercer esta docencia? 
Ser maestra de Religión Católica me ha permitido sentir y comunicarme con mis alumnos desde lo más personal, y empatizar mucho más. Ver que abro la puerta de clase y todos gritan «¡BIEN!» ¿Qué más puedo pedir? Tengo un trabajo donde todos los días me elogian, me dan abrazos, me dicen que me quieren, y tengo la mejor compañía para desempeñarlo: el maestro de maestros, Jesús.

¿Qué crees que un profesor de Religión puede aportar al alumnado y al Centro?
Un profesor de Religión puede contribuir de manera significativa al alumnado y al centro al fomentar un ambiente donde se escucha, se respeta y se aprende sobre el verdadero Amor que nos transmite el Señor.

¿Sientes que el profesor de Religión tiene una complicidad «plus» con los alumnos? Si es así, ¿a qué crees que se debe?          
Sí, creo que el profesor de Religión tiene una complicidad especial con los alumnos. Esto se debe a que nos relacionamos con ellos desde una perspectiva diferente a la de otras asignaturas, teniendo como modelo de aprendizaje a Jesús. Además, compartimos el día a día, situaciones, sentimientos, tristezas y alegrías, lo que fortalece nuestro vínculo.

¿Qué destacarías de toda tu trayectoria profesional?     
Me quedo con las caras de todos los que han pasado por mi clase, esas sonrisas sencillas y sinceras. Saber que pueden contar conmigo y que así lo manifiestan es algo que valoro enormemente.