El obispo invita a “seguir siendo peregrinos de esperanza” tras la clausura del Jubileo Diocesano

El obispo invita a “seguir siendo peregrinos de esperanza” tras la clausura del Jubileo Diocesano

29 de diciembre de 2025

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La Catedral de Albacete acogió ayer la misa de clausura diocesana del Año Jubilar de la Esperanza, presidida por el obispo de Albacete, D. Ángel Román, en el marco del domingo de la Sagrada Familia. La celebración se vivió como una gran acción de gracias por el camino recorrido durante este tiempo de gracia y como un envío renovado a la vida ordinaria de la Diócesis.

En su homilía, el obispo subrayó que la clausura del Jubileo no significa «cerrar y marcharse», sino abrir puertas para continuar caminando. Definió este año como un tiempo de purificación, revisión y preparación para el futuro, comparándolo con la experiencia del peregrino que llega a un refugio para descansar, revisar el mapa y retomar la marcha con mayor claridad y esperanza.

Mons. Román recordó las numerosas iniciativas vividas en la diócesis peregrinaciones, encuentros y acciones pastorales- y animó a dar gracias por los frutos recibidos, sin caer en la tentación de la parálisis. “No ha sido un año de detenernos -afirmó-, sino de seguir andando mientras revisábamos el camino”.

El obispo puso el acento en los dos grandes objetivos diocesanos que deben seguir guiando el presente y el futuro: la comunión y la alegría bautismal. A la luz de la Sagrada Familia de Nazaret, invitó a fortalecer los vínculos familiares y eclesiales, a vivir la fe desde la responsabilidad compartida y a recuperar la conciencia de ser «elegidos, amados y llamados» por Dios desde el bautismo.

En este sentido, insistió en la importancia de cuidar la familia como espacio de acogida, raíces y protección, especialmente en un contexto social marcado por el individualismo. Mirando a María y José, animó a vivir una fe que escucha a Dios, confía en Él y se pone en camino, evitando el encierro en intereses personales o ideológicos.

Asimismo, llamó a todos los diocesanos a revestirse de Cristo en la vida cotidiana: compasión, humildad, mansedumbre, paciencia y perdón. «La esperanza -señaló- nace cuando somos capaces de perdonarnos, sobrellevarnos y querernos de verdad, como una auténtica familia».

La homilía concluyó con un fuerte tono misionero. El obispo animó a no temer el futuro y a llevar la esperanza allí donde está debilitada, a las parroquias, barrios y realidades más heridas, convencidos de que «Dios está con nosotros y la vida y la esperanza son las que triunfan».

Así, la clausura del Año Jubilar se vivió como un nuevo impulso para seguir siendo Iglesia en salida, unida y alegre, que camina junta como peregrina de esperanza en esta diócesis de Albacete.

Al final de la celebración, y mientras el coro interpretaba el himno a la Virgen de los Llanos, la cruz del Año Jubilar, que ha permanecido durante todo el año en el altar de la Catedral, fue retirada en procesión.