6 de enero de 2021
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Ángel Floro, Joaquín M. Córcoles, Juan Francisco García, Fco. Javier Pla o Julián Mansilla son curas de Albacete, conocidos de todos. Todos ellos tienen que ver con las misiones: están o estuvieron largo tiempo como misioneros en Zimbabue, en República Dominicana, en Brasil, en Nicaragua… Y uno de ellos, Julián, después de varios años en África y en Centroamérica, tiene ahora las maletas alistadas para marchar a Tailandia cuando se renueven los vuelos suspendidos a ese país asiático, que cerró sus puertas a la entrada de extranjeros desde que comenzó la pandemia del coronavirus. La joven diócesis de Albacete se hizo misionera nada más nacer. Además de estos curas (uno de ellos obispo), ha tenido a otros, también conocidos de todos, en las misiones de Burkina y de El Petén en Guatemala. Selecciono hoy sólo estos nombres de misioneros de IEME, porque celebran su Día el próximo 6 de enero (la Epifanía). ¿Qué es el IEME y qué tiene que ver aquí la Epifanía? En las líneas siguientes, me toca aclarar un poco más esas dos cosas.
Albacete tiene curas y también laicos, de falda o pantalón, como misioneros en otros países. Pero primero quiero decir que, en España, hasta el siglo XX ni los curas ni los laicos de falda o pantalón iban a las misiones. Sólo los religiosos y las religiosas de las congregaciones salían como misioneros a otros países. ¿Por qué eran así las cosas? Pues porque nadie se puso a explicar que todo bautizado debe ser misionero, sin tener que pasar por un convento para serlo. Ignorar esto enturbió las cosas, pareciendo que a los demás sólo nos tocaba “oír” o “decir” misa en el país donde nacimos. Pero el encargo de Jesús para todo seguidor suyo fue: “Id por todo el mundo a anunciar la Buena Noticia”. La diócesis de Albacete lo supo entender y, desde el principio supo ser iglesia en salida, y en salida también a otros lugares de la tierra.
En el caso de los curas tuvo que ser el propio Papa, quien diera un empujón a los obispos de España para que crearan un centro de formación para sacerdotes de todas las diócesis dispuestos a machar como misioneros a donde hiciera falta. Eso sucedió hace justamente un siglo: el 30 de abril de 1919. El papa era entonces Benedicto XV. Él le escribió una carta a los obispos de España urgiéndoles a dar ese paso porque, tras la desastrosa guerra (la primera guerra mundial -1914-1918), eran muchos los muertos y muchos también los lugares que se quedaron sin misioneros. Esa carta del papa la conservamos como oro en paño los misioneros del IEME. Los obispos, con el de Burgos a la cabeza, crearon entonces el Seminario de Misiones, que más tarde pasó a llamarse Instituto Español de Misiones Extranjeras (IEME). Así fue como los curas de las diócesis empezaron a hacerse misioneros. Los del IEME, fueron llegando paulatinamente a Colombia, a Panamá, a Brasil, a Perú, a Costa Roca, a R. Dominicana, a Guatemala, a Nicaragua, a Cuba; y también a Japón y a Tailandia, lo mismo que a Zimbabue, a Mozambique, a Ruanda, a Zambia, a Togo y a Benín…, marchando de un país a otro, cuando ya los cristianos de esos lugares alcanzan a valerse por sí mismos para llevar sus comunidades. Y, con esto hemos aclarado lo que es el IEME: curas diocesanos que marchan en equipo a otros países como misioneros.
Abierta con el IEME la puerta de la misión ad gentes a los curas diocesanos, surgieron después del mismo modo otros cauces para los curas misioneros como la OCSHA (Obra de Cooperación Sacerdotal Hispano-Americana) y la Misión Diocesana (ésta ya con laicos incluidos), que en Albacete se implementó también.
Sólo queda aclarar lo de la Epifanía en relación con la Misión. “Unos magos de Oriente llegaron a Jerusalén preguntando dónde había nacido el rey de los judíos. […]. Entraron en la casa; vieron al niño con María su madre y, postrándose, lo adoraron”: él vino para todos. Jesús fue reconocido como enviado del cielo por personas de los pueblos paganos. Se manifestó también a los pueblos gentiles. Epifanía significa manifestación. Celebramos la Epifanía el 6 de enero, recalcando que los pueblos lejanos tienen derecho a conocerlo y que nosotros tenemos el deber de anunciarlo. Epifanía es fiesta misionera, y, en ella hacemos un recuerdo especial de los catequistas nativos y delegados de la Palabra. Y un recuerdo también de los curas misioneros del IEME. Así de sencillo.