8 de octubre de 2023
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La Catedral de Albacete se prepara para vivir otro gran acontecimiento. En este caso se trata de la ordenación de diáconos de los seminaristas Erick Arnaldo López del Cid y Amador Gómez Honrubia. La celebración tendrá lugar el sábado, 14 de octubre, a las 11 de la mañana. Estará presidida por el obispo de Albacete, Mons. Ángel Fernández Collado. Amador y Erick nos hablan de como se encuentran antes de comenzar este camino dentro del sacramento del orden sacerdotal.
– ¿Cómo van estos días previos a tu ordenación diaconal?
AMADOR: Me encuentro muy bien, realizando los ejercicios espirituales, rezando y terminando con los pequeños preparativos para la ordenación.
ERICK: Pues la verdad que con mucha ilusión de dar un paso más en este camino tan maravilloso hacia el sacerdocio. Pero a la vez con un poco de nervios con los preparativos para la misma.
– ¿Cómo se prepara uno para un momento tan importante?
AMADOR: Para la ordenación me estoy preparando meditando, haciendo oración y continuando con el ritmo que ya llevo de varios años de formación y seminario. Pensando especialmente en el don que por el sacramento del Orden me configurará con Cristo Siervo en el camino al sacerdocio.
ERICK: Principalmente con un corazón dispuesto a hacer la voluntad de Dios, luego abandonándose en las manos de la Iglesia para estar dispuesto a servir. Espiritualmente mediante unos ejercicios espirituales en los que estás en un tú a tú con Dios, esta intimidad ayuda a crecer en esa amistad con Dios y poder así renovar el ¡sí quiero seguirte Señor!
– Ante tu inminente ordenación diaconal, ¿de qué o de quién te acuerdas especialmente?
AMADOR: Me acuerdo especialmente del Señor y también de los sacerdotes que me han apoyado para andar sin desfallecer por el camino de la vocación al sacerdocio. Además de mi familia, amigos y compañeros que se unen a mi acción de gracias a Dios.
ERICK: Me acuerdo especialmente de ese momento en el que dije sí a Dios para seguirlo y servirle en este camino, porque aquí me tiene Dios y digo que ha valido la pena y sigue valiendo la pena dejarlo todo para estar con quien lo es todo.
– Dejas ahora la etapa de formación en el Seminario, ¿Qué ha aportado a tu vida?
AMADOR: El seminario aporta la formación intelectual, humana, espiritual y teológica que permite al futuro sacerdote conocer las verdades de la fe católica y disponerlo para configurarse con Cristo, buen pastor. De igual modo se va aquilatando lo que al inicio es un atisbo de vocación y se confirma progresivamente en las distintas circunstancias lo que Dios quiere de cada uno.
ERICK; Pues después de estos 7 años de formación, me doy cuenta de la importancia de este proceso, ya que me ha ayudado en mi crecimiento humano y espiritual, es decir que me aportó una formación integral. Toda ella para bien personal, y para bien de la Iglesia ya que toda esta formación me acompaña para ponerla al servicio de la comunidad.
– ¿Cómo has ido descubriendo que el Señor te llamaba a ser sacerdote?
AMADOR: Más que irlo descubriendo se plantea la vocación al sacerdocio en un momento determinado en el que el Señor invita y uno responde; a partir de ese momento si uno pone de su parte el Señor dispone los medios y personas necesarias para seguir adelante.
ERICK: Es un proceso que no se puede escribir en unas cuantas líneas, pero digo que ha surgido desde mi infancia, lo mismo que la he mantenido con firmeza gracias a la oración y el acompañamiento espiritual mediante buenos sacerdotes que Dios ha puesto en mi camino.
– Has vivido este verano la JMJ en Lisboa con el Papa. ¿Cómo se podría llevar esa experiencia que tanto atrae a los jóvenes al día a día?
AMADOR: La experiencia de la JMJ en Lisboa se puede llevar al día a día con la vida cristiana en nuestra propia parroquia. En ocasiones se nos hace más difícil salir de la comodidad para arriesgarse a ir a la parroquia que para iniciar una peregrinación como esta. Es decir, muchas veces los jóvenes echan de menos una comunidad cristiana porque no se implican en las parroquias, tienen miedo, como toda la sociedad en que vivimos, a enfrentarse cara a cara a la trascendencia de las cuestiones de la fe católica. De hecho, Dios no deja de llamar, pero nosotros no escuchamos, y un gran “riesgo” de la vida cristiana consiste en encontrarse con la vocación que el Señor quiere de ti.
ERICK: En el día a día creo que esta experiencia se puede llevar de manera sencilla, y más aún en la sociedad en que vivimos. Debemos ser testigos fieles del Señor en donde nos movamos, ya sea en los estudios, el trabajo, las vacaciones, con los amigos. Sobre todo, no abandonar el compromiso de fe y vida cristiana y la participación activa en la Iglesia y la vida de los sacramentos.
– ¿Qué esperas de esta etapa de diácono antes del sacerdocio?
AMADOR: En esta etapa que comenzaré espero estar más cerca de Dios; servir al altar, celebrar el Bautismo, asistir al Matrimonio y llevar la sagrada Comunión a los enfermos las tareas principales del diácono y espero poder realizarlas con generosidad y acercar así un poco más a Cristo a los fieles que lo buscan.
ERICK: Espero en primer lugar ser fiel a Dios, porque si soy fiel a Dios, soy fiel a la Iglesia y fiel a la comunidad, sirviendo con el mismo espíritu de Cristo.
– El camino al sacerdocio siempre está ahí, ¿qué les dirías a los jóvenes que se lo pueden estar pensando?
AMADOR: A veces la vocación se plantea como una ruptura total con mi vida, con mi propio yo y más el sacerdocio, que parece una renuncia a todo. Pero hacer lo que Dios quiere de nosotros no supone una renuncia y no supone sufrimiento, al contrario, hacer lo que Dios quiere supone alegría, tranquilidad y una seguridad que solo Dios puede dar.
ERICK: Queridos jóvenes, hoy día Dios sigue llamando a muchos de vosotros de muchas maneras y por medio de muchas personas, y os invito a no tener miedo de decirle sí a este proyecto maravilloso de Dios, no penséis que será una vida aburrida o anticuada, déjate sorprender por Dios y veras que vale la pena seguir a Cristo.