
Don Ángel Román: «La cercanía es lo que nos permitirá avanzar como Iglesia»

Don Ángel Román: «La cercanía es lo que nos permitirá avanzar como Iglesia»
6 de julio de 2025
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Desde hace dos meses, Don Ángel Román Idígoras es el nuevo obispo de Albacete, y en este breve tiempo ya ha dejado una huella profunda en la Diócesis. Cercano, feliz y con una mirada pastoral centrada en las personas, Don Ángel manifiesta que estos primeros días «los llevo bien, con mucha alegría y con ganas de más, porque he conocido mucho, pero me queda mucho más por conocer».
Este verano no será de descanso completo para el Obispo, cuya agenda está repleta de actividades pastorales – esta semana ha participado en la Peregrinación Diocesana en Roma, adonde regresará a finales de mes para asistir al Jubileo de los jóvenes- así como de celebraciones y encuentros. Lejos de considerarlo una carga, lo vive con entusiasmo. Para Don Ángel, «no es trabajar, es seguir conociendo y estando con la gente».
Uno de los aspectos más destacados en estas primeras semanas ha sido su cercanía con las personas. El Obispo manifiesta que ha recibido «mucha alegría, mucho cariño, muchas ganas de querer caminar juntos como Iglesia». Esa cercanía, añade, es esencial, ya que «es lo que nos va a permitir avanzar y estar conectados». Siguiendo el ejemplo de Jesús de Nazaret, Don Ángel insiste en la importancia de acompañar y escuchar porque «perder el tiempo con la gente, en realidad no es perderlo, sino emplearlo en estar».
75 años de la Diócesis. Este año la Diócesis celebra su 75 aniversario, y el Obispo lo vive como una gran oportunidad para renovar el compromiso de todos. Monseñor Román observa la Diócesis con «mucha vida y con muchas ganas de que esa vida se encauce». Entre las propuestas para la celebración, destaca la Misa de Clausura del 3 de septiembre en la Catedral y una iniciativa simbólica: plantar un árbol por cada municipio de la provincia como signo de la vida que va echando raíces.
Además, subraya la necesidad de continuar con el trabajo heredado y abrir nuevos caminos. En estos días no coge vacaciones, y se están aprovechando para elaborar el calendario pastoral del próximo curso, que el que se espera que tres ó cuatro jóvenes entren al Seminario. Estas nuevas vocaciones las ve como el fruto del trabajo realizado anteriormente, en el cual se seguirá sembrando. El obispo de Albacete quiere seguir descubriendo «lo bueno para potenciarlo y afrontar los problemas desde la oración y la reflexión».
Durante estos dos meses, Don Ángel se ha dejado ver en numerosas fiestas patronales, tradiciones y celebraciones populares, desde las alfombras de serrín en Elche de la Sierra hasta la carrera del Cristo del Sahuco. En estos momentos, reconoce que disfruta con la gente: «Me gusta conocer lo que se vive y hacerlo mío», revela. Y defiende con convicción el papel de la Iglesia también en los momentos festivos: «No solo estamos para el sufrimiento. La Iglesia es de vida y debe estar en los mejores momentos para fortalecer la comunidad», dice.
La gente le pide cercanía, y él la intenta tener al igual que Cristo que no estuvo encerrado. Salía, acompañaba, observaba. Era accesible. Para Don Ángel, esa actitud debe marcar también el estilo de los pastores hoy. Según él «la cercanía no quita la autoridad, al contrario: la autoridad nace de lo que se ofrece, no solo del cargo».
Mirada hacia los más olvidados. Don Ángel también ha mostrado una preocupación especial por quienes están más alejados de la fe o viven en situación de exclusión, como quienes trabajan en el campo o viven en zonas despobladas. «La Iglesia tiene que tender la mano a todos. Especialmente donde hay más desasistencia, ahí tenemos que estar», asegura.
Reconoce que aún no ha podido acercarse a todos los lugares que hubiese querido, pero tiene claro su deseo de ir a los asentamientos y al campo donde recogen los ajos. «A veces solo una bendición puede recordar a alguien que no solo trabaja, sino que es hijo de Dios y es querido», añade.
En definitiva, Don Ángel Román inicia su ministerio episcopal en Albacete consciente de los desafíos y lleno de esperanza. Invita a caminar unidos con una actitud misionera, a salir no como estrategia, sino -en sus palabras- «como expresión del amor de Dios que se acerca».