8 de marzo de 2020
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El Director General de Publicaciones de la Conferencia Episcopal Española y Director de LIBROS LITÚRGICOS, Manuel Fanjul García, estuvo en Albacete impartiendo la ponencia en el Encuentro Diocesano de Liturgia. Su intervención estuvo centrada en uno de los principios de la reforma litúrgica: la participación de los fieles en la celebración. Ante la cuestión de cómo mejorar la participación en la liturgia, nos decía que el primer paso es volver a los textos del Concilio Vaticano II y al Magisterio posterior, tener capacidad autocritica para ver en qué cuestiones hemos podido desviar la atención de lo fundamental a lo accesorio. También destacaba, como importante, dar a la gente ánimo, esperanza, ganas y, sobre todo, ilusión por esta reforma.
Asimismo, que, tal y como nos pide el Concilio, la participación tiene que ser activa, interior y fructuosa. En definitiva, abandonar esas ideas un poco circunstanciales de que participar es hacer cosas, sino que participar es permitir al Señor, que es el que se hace presente en la liturgia, que haga en nosotros lo que él quiere hacer cuando nos convoca a celebrar la liturgia. No somos nosotros los que innovamos las celebraciones, es Dios el que nos renueva y nos innova a nosotros cuando celebramos bien las celebraciones.
Manuel insistía en destacar que el verdadero sentido de la liturgia no es que todo quede bonito y los fieles salgan contentos. El objetivo de la liturgia es que los bautizados estén cada día más fuertemente unidos al Misterio Pascual de Jesucristo y, por tanto, en su vida cotidiana lleven la presencia del Señor resucitado que han experimentado mediante la participación en la liturgia. La liturgia —dijo el Concilio— es fuente y culmen de la vida cristiana. Si no se participa en la vida litúrgica, difícilmente se puede vivir en cristiano.
En cuanto al papel que cada uno desarrolla en la liturgia, Manuel hacía referencia a que, en ella, cada bautizado tiene que hacer todo lo que pueda y sólo lo que tenga que hacer. Estamos ante una liturgia que es ministerial y todos lo tenemos que tener claro.
En cuanto a la forma de evitar esas distracciones, que muchas veces todos tenemos en la liturgia, Manuel animaba a preparar la celebración con anterioridad como un método para vivir más plenamente las celebraciones.
Dirigía también unas palabras a los miembros de los grupos de liturgia. Además de darle las gracias por su trabajo, a la mayoría de ellos, durante muchos años en la preparación de las celebraciones, los animaba a la formación continua volviendo a las fuentes a las que hacía referencia anteriormente y a que no se queden en costumbres, en hábitos o en estereotipos, que se han ido estableciendo gratuitamente para nosotros.
PRESENTACIÓN NUEVO EQUIPO DE LITURGIA
En la segunda parte del Encuentro, fue presentado el nuevo equipo del secretariado de Liturgia y Música Sacra. Los tres directores son: José Miguel Fernández, Álvaro Picazo e Ignacio Requena. En primer lugar, dieron las gracias al anterior equipo del secretariado que dirigía Alfredo Tolín. Alfredo dio las gracias a las siete personas que formaban su equipo y que han hecho de puente entre Pio Paterna y Maruja Abia (a los que recordaba con cariño) y el actual nuevo equipo.
Desde el Secretariado de Liturgia y Música Sacra, se proponen los siguientes objetivos con el deseo de estar al servicio de la diócesis en el ámbito litúrgico.
+ Promover permanentemente la sensibilidad en relación con la acción litúrgica de la Iglesia.
+ Organizar y dinamizar las celebraciones litúrgicas solemnes cuando sea requerido.
+ Promover y formar a los equipos de liturgia parroquiales y de comunidades religiosas para que puedan realizar bien este servicio en cada comunidad, cuidando los espacios celebrativos, la proclamación de la Palabra, el canto litúrgico y los signos sacramentales, trabajando para conseguir una mayor participación activa del pueblo de Dios. (“Que se lleve a todos los fieles a la participación plena, consciente y activa en las celebraciones litúrgicas” SC14).
+ Ofrecer instrumentos válidos de formación a los distintos grupos de liturgia y los medios necesarios para mejorar nuestras celebraciones.
+ Asesorar a los sacerdotes y equipos de liturgia en las cuestiones que afecten a esta área de pastoral.
Estos objetivos se irán haciendo posible a través de acciones concretas. Algunas de ellas ya se están llevando a cabo y otras se pretenden poner en marcha en los próximos años.